PRENSA

Temen que la Ley de Arizona suscite la discriminación racial

Controversia, acusaciones de racismo y rechazo colectivo en Estados Unidos han definido el clima que se percibe en la nación tras la promulgación en Arizona de la polémica Ley Migratoria SB 1070.

Una ley que permite a los agentes de seguridad interrogar a cualquier persona sobre su situación migratoria, tan sólo por la sospecha de que el individuo viva de manera ilegal en EEUU, son tan sólo algunas de las cláusulas más polémicas.

Michael Shifter, analista de Diálogo Interamericano, considera que la ley tiene muchos aspectos controversiales e invita a interpretaciones raciales, con lo que asegura que la mayor discriminación afectará, sin duda, a los hispanos.

El analista descarta que esta ley -promulgada por una gobernadora republicana (Jan Brewer) que recién fue elegida para suceder a Janet Napolitano, actual secretaria de Seguridad Nacional- se repita en otros estados, principalmente por el fuerte rechazo que ha generado en la población. Sin embargo, asegura que las posiciones políticas encontradas y la retórica continuarán.

La medida fue realizada tras una serie de presiones políticas contra Washington por considerar que no están haciendo nada mientras los problemas empeoran, acotó Shifter.

Aunque el experto reconoce que es necesaria la reforma migratoria -más de 15 millones de indocumentados residen en el país, la mayoría de ellos hispanos-, asegura que es improbable que se realice en este momento, siendo este un año electoral y con un desempleo de más de 10%.

Hasta ahora, el escenario legal es incierto, el propio presidente Barack Obama ha manifestado que esta medida «es una irresponsabilidad que contradice los principios básicos de justicia que nos distinguen como norteamericanos». Queda en manos de las cortes decidir si esta ley atenta contra la Constitución o no.

Shifter cree que, de ser finalmente aprobada, sería más una ley simbólica que real porque existen muchos desafíos legales en el camino.

A pesar del rechazo que existe hacia los ilegales en EEUU, Shifter recuerda que este país requiere de la labor de ellos porque contribuyen con el desarrollo de sectores económicos que los propios estadounidenses se niegan a realizar, por lo que descarta que esta gran población de sin papeles sea expulsada del país y asegura que es un tema más retórico y político que real: «hay mucha hipocresía y contradicciones sobre las actitudes de los estadounidenses sobre el tema migratorio. Aunque esta medida es contraproducente, podría reforzar una postura política favorable frente a la migración».