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Murió en una prisión chilena el nazi Paul Schaefer, símbolo del terror

El ex cabo nazi Paul Schaefer, fundador de un enclave de alemanes en Chile donde se perpetraron torturas y abusos sexuales contra niños, murió ayer en Santiago a los 88 años, a causa de una dolencia cardíaca en el hospital penitenciario donde cumplía condena.

La salud de Schaefer se había agravado en las últimas horas y falleció por la mañana producto de una deficiencia coronaria, según detalló Gendarmería, la entidad estatal que administra las cárceles en el país.

El juez Jorge Cepeda, quien investiga los delitos cometidos dentro de la llamada «Colonia Dignidad», se mantuvo al tanto del desenlace. Cepeda investiga a Schaefer y al grupo de colaboradores alemanes que lo acompañaron desde la fundación de esa entidad, en 1961, en la región del Maule, al sur de Chile.

La Colonia se presentaba como una sociedad benefactora para niños desprotegidos. Tuvo intensa relación con la dictadura militar encabezada por Augusto Pinochet entre 1973 y 1990. Pero luego salieron a la luz los abusos cometidos en ese lugar, que obligaron al nazi a abandonar el país.

Entre 1997 y comienzos de 2005 se ignoró su paradero hasta que fue capturado por la policía de Argentina en marzo de ese último año, y luego trasladado a Chile para ser condenado por diversos delitos contra varios menores que vivían en el enclave. Entró a prisión en 2006 y se mantuvo allí hasta su muerte. La Comisión de la Verdad que funcionó al retorno de la democracia en Chile determinó que las instalaciones de los colonos sirvieron para recluir y torturar a presos políticos de la dictadura pinochetista. «La Comisión también ha tomado nota de que otras fuentes, incluso del extranjero, han llegado asimismo a la conclusión de que Colonia Dignidad habría sido al menos utilizada como un centro de detención de presos políticos», detalló la comisión que presidió el jurista Raúl Rettig, en su informe entregado en 1991.

Tras ser condenado, Schaefer fue ingresado en una cárcel de alta seguridad, pero su mal estado de salud obligó a su traslado al hospital penitenciario, donde falleció ayer. El abogado Hernán Fernández, que representa a varias de las víctimas de Schaefer, aseguró que aún están pendientes sentencias por varios casos de abuso, tanto contra el ex jerarca como contra algunos de sus colaboradores.

«La muerte de Paul Schaefer debe dar un impulso final para que exista justicia y reparación», señaló el abogado. Tras la salida de Schaefer de Chile, la Colonia pasó a llamarse Villa Baviera y sus habitantes recibieron el apoyo del gobierno y tratamiento psicológico, mientras varios colonos volvieron a Alemania. Martin Matthusen, el vocero de Villa Baviera, manifestó tranquilidad frente a la muerte del ex líder del enclave alemán.

«La muerte de cada hombre es un tema triste y no es el momento de dictar sentencia», dijo Matthusen, en tanto el presidente del país Sebastián Piñera, afirmó que ahora Schaefer será juzgado por la justicia divina y que seguirán investigándose los casos denunciados en la Colonia (Ver Piñera…).

Rebeca Schaefer, hija adoptiva del ex militar, llegó al hospital penitenciario de Santiago, para hacerse cargo de los trámites de sepelio. Pero no hizo declaraciones a la prensa.

Schaefer habría manifestado a su hija el deseo de descansar en el fundo de Parral donde estaba Villa Baviera, en un terreno de unas 17.000 hectáreas ubicado a 343 kilómetros de Santiago y donde el alemán fue líder absoluto por más de tres décadas y por sobre la vida de unas 300 personas que pasaron por allí. Pero los actuales colonos le negaron ese deseo. «Hay una resolución, un acuerdo tomado por la gran mayoría de los comuneros de Villa Baviera de que Schaefer no será enterrado en estos territorios», indicó el portavoz de Villa Baviera, Martin Matthusen.

Antecedentes
A principios de los ’60, Schaefer y otros nazis fundaron al sur de Chile la Colonia Dignidad. En Alemania ya eran investigados por abuso sexual y en la «sociedad benefactora» abierta en la patagonia chilena adoptaron menores y, luego se supo, abusaron de ellos.

Durante la dictadura de 1973/90 colaboraron con la represión y en la Colonia hubo detenciones ilegales y torturas a presos políticos.

Al volver la democracia, Schaefer enfrentó cargos y se fugó a la Argentina, donde vivió unos años hasta ser detenido en 2005. Fue extraditado a Chile, juzgado y condenado por torturas y abusos sexuales.

Sufría de una afección por insuficiencia coronaria y había sido trasladado desde una prisión de alta seguridad hasta el hospital penitenciario donde ayer falleció, a los 88 años.

Piñera, contra la pedofilia
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, afirmó ayer que la muerte del ex suboficial nazi Paul Schaefer, condenado por numerosos crímenes en el país, no impedirá que se persiga a quienes cometieron abusos sexuales contra niños.

«La muerte de Paul Schaefer impide continuar la persecución penal, porque no hay persecución penal en este mundo contra los muertos. Sin embargo, todos sabemos que existe una justicia que nunca termina, que es la justicia divina», dijo en Valparaíso.

El abuso sexual de niños y adolescentes es «un delito que no distingue la naturaleza de quien los comete», agregó, al referirse a las denuncias de pedofilia en la Iglesia Católica y en la Colonia Dignidad que dirigía el fallecido.

«No hago distinción respecto de la naturaleza de quien comete ese delito. Los vamos a perseguir, juzgar y condenar a todos por igual (…) «No vamos a dejar impune ningún crimen que se cometa contra un niño o niña de nuestro país», dijo Piñera.