Ricardo Colombi, junto al vicegobernador y otros funcionarios participó en la noche de este martes, a la ceremonia organizada por las entidades judías de Corrientes en la sede la Asociación Cultural Israelita “Scholem Aleijem”, en recordación del holocausto.
Las autoridades fueron recibida por las autoridades de instituciones israelitas de Corrientes encabezadas por Samuel Tolcachier y acompañaron al mandatario y al vicegobernador, los ministros Secretario General de la Gobernación, Carlos Vignolo, de Educación, Orlando Macció; de Obras Pública, Aníbal Godoy y de la Producción, Jorge Vara; la subsecretaria General de la Gobernación, Graciela Rodríguez; el viceintendente Ernesto Meixner; legisladores, autoridades judiciales y representantes de las fuerzas armadas y de seguridad.
Inicialmente se agradeció especialmente al ministerio de Educación, en la personas del titular de la cartera, por la adhesión a la resolución Nº80 de la Nación, que dispone la enseñanza del holocausto, es decir los horrendos crímenes cometidos por el nazismo y donde murieron más de seis millones de judíos. También se hizo especial reconocimientos a las cámaras provinciales de Senadores y Diputados por las respectivas resoluciones declarando de interés la ceremonia que se llevaba a cabo.
Inmediatamente se procedió al encendido de las siete velas en el candelabro conocido como “menorá”, estando a cargo de la primera de ellas, la disertante Mónica Davidovich y Samuel Tolcachier. Inmediatamente se guardó un minuto de silencio y Juan Malat, de la Asociación Israelita de Beneficencia de Resistencia, tuvo a su cargo un sentido oficio religioso en memoria de las víctimas de la ‘Shoá’.
Finalmente la señora Davidovich, tras ser presentada por Nora Zibelman, brindó su testimonio de vida de lo que le tocó vivir en el holocausto. En su disertación recordó su nacimiento, en 1941, dentro de un ghetto ubicado en la antigua Polonia, hoy Bielorrusia.
También incluyó referencias a su familia, la que fue totalmente exterminada por los nazis, excepto ella y su hermana mayor, que fueron entregadas a familias no judías fueron de esos sectores de ciudad clausurados por los miembros de las fuerzas nazis.
El pormenorizado y estremecedor relato, a partir de las vivencias que tuvo con su hermana Sara, incluyó, además de las penurias sufridas en el escape de ambas niñas, su paso por Suecia y Uruguay, hasta recalar, en 1946, en la Argentina. A lo largo de su disertación, emitió significativos juicios de valor sobre el amor de los padres y el crimen masivo a que fue sometido en pueblo judío.