El presidente de Chile, Sebastián Piñera, decidió ayer destituir a José Miguel Stegmeier, flamante gobernador del Bío Bío, una de las regiones más afectadas por el sismo del 27 de febrero pasado.
Lo hizo después de comprobar la vinculación de Stegmeier con una red de lavado de dinero de la ex Colonia Dignidad, un enclave manejado por criminales de guerra nazis que entre los 60 y los 90 fue escenario de abusos y violaciones de los derechos humanos.
Su líder fue el ex cabo del ejército nazi Paul Schaefer, de 88 años, que actualmente cumple condena en la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago por abuso de menores y violación de la ley de armas.
Según fuentes judiciales, Stegmeier creó una sociedad con fondos triangulados a través de paraísos fiscales, los que habrían permitido la fuga de Schaefer a la Argentina en 1997. Tras ocho años en la clandestinidad, el jerarca fue capturado por Interpol en 2005, en Tortuguitas, provincia de Buenos Aires, desde donde fue extraditado a Chile.
Tras calificar el hecho de «extremadamente grave», el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, dijo que se había dejado sin efecto la designación de Stegmeier.
«Nunca conocí a Schaefer. Hablé con él solamente una vez, cuando me comunicó, en 1983, del fallecimiento de mi padre [internado entonces en el hospital de Colonia Dignidad]», dijo Stegmeier, un agricultor de profesión. Había sido propuesto para el cargo por Víctor Pérez, senador de la Unión Demócrata Independiente (UDI), partido afín al fallecido dictador Augusto Pinochet. Pérez dijo ayer que Steigmeier «fue injustamente imputado por cuestiones falsas».