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Los nazis quisieron inifitrarse en el Vaticano

Los nazis intentaron infiltrarse en el Vaticano durante la Segunda Guerra Mundial con espías disfrazados de monjes y seminaristas, revelan reportes secretos de los servicios de inteligencia británicos MIS, recientemente desclasificados por los Archivos Nacionales de Kew.

Un simpatizante del Tercer Reich que residía en Roma urdió el plan que fue rápidamente apoyado por Berlín, al ser considerado «la oportunidad ideal» para conocer las actividades clandestinas de los aliados en la Santa Sede, que se mantuvo neutral en el conflicto bélico.

La bautizada Operación Georgian Convent incluía la compra de un edificio en la capital italiana por parte de un ruso anticomunista seguidor de Hitler, Michael Kedia. Según los documentos, la idea tomó fuerza en el otoño europeo de 1943, cuando las tropas aliadas avanzaban por Italia y los alemanes sopesaban abandonar Roma.

El MIS fue informado de la conjura por Giuseppe Dosi, un policía italiano que trabajaba como «topo» para ellos. «El complot prevé la creación de un claustro georgiano bajo protección del Vaticano que, entre sus religiosos, cuente con agentes secretos para mantener contacto con la inteligencia alemana», les develó.

También avisó que dos habitaciones dentro del claustro «serán destinadas para que nuestros hombres guarden los transmisores, baterías y otros materiales secretos».

Los nazis entregaron dinero a Kedia para la compra del inmueble, situado en el distrito de Monteverde, al norte de la Basílica de San Pedro. Seis agentes germanos fue ron enviados allí para hacerse pasar por monjes y seminaristas, pero despertaron de inmediato fuertes sospechas en la Curia, principalmente por su falta de conocimiento sobre la doctrina católica y un gran interés por las mujeres.

El plan quedó desbaratado apenas la Santa Sede fue advertida de la trama por el MIS. Las autoridades eclesiásticas escribieron posteriormente una carta al embajador germano, donde tacharon de «deplorable» la conjura orquestada.