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Argentina calienta motores para su gran año en la Feria de Frankfurt

Como tomando literalmente eso de renacer de las cenizas, en noviembre Marta Minujín levantará su Partenón de libros en la plaza de Berlín donde, en 1933, el nazismo quemó unos 20.000 ejemplares. Palabras sobre cenizas, ahí estarán los libros que la Argentina haya llevado a la Feria de Frankfurt -que se hace en octubre-, los 2.000 libros argentinos que se habrán expuesto en el Museo Judío de Berlín -en una muestra sobre la inmigración israelita en nuestro país-, los libros quemados por miedo y prohibidos por la dictadura militar.

Eso será en noviembre, al final de todo. Pero, paradoja, la Feria de Frankfurt empieza en Leipzig, a mediados de marzo. A ver: la Feria del Libro de Frankfurt es el más importante encuentro mundial del sector editorial, el lugar donde todos van a comprar o a vender derechos o, en tiempos de Internet, a ver las caras de los clientes, a tomar una copa con ellos en un hotel glamoroso cuando cierra la feria, a sonreír, a seducir, a negociar.

Este año, la Argentina es el país invitado a Frankfurt y eso implica una enorme exposición pública y también un enorme trabajo, que viene haciendo un comité (el COFRA) que depende de Cancillería y encabeza Magdalena Faillace. Ese comité decidió que la participación en la Feria gire en torno al tema de la memoria. Algo que toca a los alemanes, por el Holocausto, y a los argentinos, por la dictadura.

Este año la Argentina tendrá también un lugar destacado en la Feria del Libro de Leipzig. «Leipzig -dice Faillace- no tiene tanta importancia para nuestro mundo editorial, pero es uno de los eventos que acompañan la participación en Frankfurt. Como es muy costoso, buscamos un número pequeño de autores valiosos que a ellos les interesaran y que fueran reconocidos».

Serán cuatro días de actividades y los escritores elegidos fueron Laura Alcoba («vive en París, es hija de desaparecidos y tiene una novela vinculada con la memoria», dice Faillace); el también hijo de desaparecidos Félix Bruzzone («lo pidieron los alemanes»); Pablo Ramos («es conocido y está viviendo en Alemania»); Carlos Gamerro («un escritor muy autorizado») y Tununa Mercado («por su compromiso, porque estuvo en el exilio y porque nos pidieron a alguien que hablara sobre literatura argentina en una actividad posterior, en Berlín»). Además de una serie de lecturas y charlas, la Argentina tendrá en Leipzig su noche de tango, donde tocará Luis Stazo.

De Leipzig la delegación parte hacia Berlín, donde empieza el festival «Lettrétage». Allí, el 24 de marzo habrá una mesa sobre «Los hijos de la memoria», hablará Carlos Gamerro, leerán Ramos y Alcoba y se dará «En ausencia», el film de Lucía Cedrón que ganó el Oso de Plata en 2003. Las actividades en Berlín siguen hasta el 26 y se suman también los escritores Lola Arias y Sergio Raimondi.

La preparación de Argentina para Frankfurt 2010 -que se hará bajo el lema «Argentina, cultura en movimiento»- sigue en mayo en Bruselas, donde habrá un Simposio Internacional. «Vamos a trabajar sobre políticas de la memoria», dice Faillace. «En particular, las políticas de Derechos Humanos en la Argentina». ¿En qué período? «En especial, 2003-2011», aclara Faillace. «¡Aunque no nos vamos a tragar los juicios que hizo Alfonsín!»

Todavía los panelistas de ese simposio no están designados, aunque se habla de Eduardo Anguita, el director de la Biblioteca Nacional Horacio González, Estela Carlotto, el canciller Jorge Taiana y la ensayista Pilar Calveiro. La presidenta Cristina Fernández daría una conferencia sobre la experiencia argentina en políticas de Derechos Humanos. Y el simposio cerrará con la proyección de Iluminados por el fuego, de Tristán Bauer (hoy director de Canal 7). «Quiero instalar el tema de Malvinas», explica Faillace.

Frankfurt es, bien aprovechado, una inversión en términos de imagen para el país. Pero ¿de cuánto es esa inversión? Cancillería todavía no da números. Sólo un dato: «El presupuesto fue reducido, estamos buscando información sobre cuánto saldrá montar todo esto».
Planean llevar a unos 45 escritores
«Ibamos a llevar 60 escritores, pero con las reducciones presupuestarias, supongo que serán unos 45», dice Magdalena Faillace. En diálogo con la prensa, Faillace ya dijo que «los consagrados» van seguro. Pero ¿cómo se eligen? El tema ya generó inquietud entre escritores. «El año pasado mandamos un formulario a 70 instituciones pidiendo que cada una diera 10 nombres», dice Faillace. «Casi todos contestaron. Pero nos encontramos con una política de ‘quintas’. No pensaron en quiénes mejor representarían al país sino quienes representan a su línea, o son sus docentes».

En definitiva, dice Faillace, los nombres se decidirán en el Comité Organizador. Participarán de esta elección, dice, quienes evalúan el otorgamiento de los subsidios a la traducción del programa «Sur» (que ya asignó unos 375.000 euros): Noé Jitrik, Mario Goloboff, Faillace.
Qué hará Buenos Aires
El año pasado, la ciudad de Buenos Aires tuvo un stand separado del argentino y su propio programa de actividades. Ahora, el ministro de Cultura, Hernán Lombardi, quiere que sea distinto: «Le estamos proponiendo a la Nación tener un stand conjunto. Sólo queremos que le den a Buenos Aires el lugar que tiene.»

¿Qué aportaría la ciudad? «La presencia de diez editores independientes», dice Lombardi. Además, Buenos Aires montará una carpa en la explanada de la Feria con tango, teatro y fotografía. La ciudad tiene, para el evento, unos 800.000 pesos, informa el ministro.

El 15 de marzo la Ciudad abre un registro de «productos culturales susceptibles de exportación», en Av. de Mayo 525. Allí se pueden anotar quienes crean que entran en la categoría.