PRENSA

La venganza iraní será terrible

El mundo en las manos. El presidente iraní dijo que, como Lula, quiere cambiar las cosas. Agregó que su país responderá si las potencias de Occidente le aplican sanciones.
Aunque el camino del diálogo parezca tortuoso, es quizá más seguro. Bajo esa premisa, el gobierno de Brasil busca un espacio entre los interlocutores que buscan desactivar el conflicto sobre el programa nuclear de Irán. La fuerte apuesta por la continuidad de las negociaciones diplomáticas fue expresada ayer por el canciller brasileño, Celso Amorim, que además confirmó que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva visitará Teherán el próximo 15 de mayo. En medio del recelo que despiertan en Washington las relaciones del gobierno del ultraconservador Mahmud Ahmadineyad con países de América Latina, representantes de la Unión Europea (UE), congresistas norteamericanos y el propio presidente iraní dieron la bienvenida al rol de Brasil como mediador. Ahmadineyad pronosticó que esos esfuerzos pueden resultar “fructíferos”.

Durante la visita que el mandatario iraní realizó a Brasil en noviembre, y en ocasiones posteriores, el presidente Lula expresó el respeto de su gobierno al “derecho” de Irán a tener un programa nuclear pacífico. El gobierno de Teherán lleva casi cuatro años en un tira y afloje con las potencias de occidente, que lo acusan de esconder la orientación militar de sus pesquisas con uranio.

En la última vuelta de tuerca del conflicto, Irán anunció la semana pasada que comenzaba a enriquecer uranio al 20%, para utilizarlo en medicina. El uranio enriquecido a más del 80% se emplea en armas atómicas.

Tras reunirse en Madrid con su homólogo español, Miguel Ángel Moratinos, y con la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores, Catherine Ashton, el canciller Amorim reiteró: “Creemos que hay oportunidad para negociar el dossier nuclear con Irán y respetar su derecho a un programa pacífico”. Aseguró que Brasil quiere que la comunidad internacional tenga “certeza” de que Irán no persigue “fines militares”. “Es cuestión de sentarse a la mesa y ver si es posible llenar las brechas. El gobierno iraní desea hacerlo. Ese camino, aunque parece tortuoso, es seguro”, dijo.

Después de una reunión entre la UE y Brasil sobre políticas y estrategias, Ashton dio la bienvenida a Lula da Silva como interlocutor en medio de elogios y condiciones: “Como un poder global, Brasil tiene que jugar un papel clave en esto. En la UE queremos creer que Irán cumplirá sus obligaciones internacionales. Estamos buscando más pruebas de que el régimen iraní coopera”.

Un grupo de legisladores demócratas y republicanos norteamericanos que también visitaron Madrid dejó en claro lo que el gobierno del presidente Barack Obama espera de cualquier mediación frente a Irán.

“Si Brasil puede persuadir a Irán de que deje de buscar armas nucleares, es algo bueno. Un Irán nuclear es inaceptable”, dijo el congresista republicano Roger Wicker. El senador demócrata Benjamin L. Cardin agregó que “puede ser útil cualquier país que piense que un Irán nuclear desestabilizará Oriente Medio”.

El presidente Ahmadineyad destacó ayer que coincide con Brasil en el deseo de “cambiar las cosas”. En respuesta a una carta abierta de EE.UU., Francia y Rusia que expresa preocupación sobre los nuevos trabajos nucleares de Irán, declaró: “Tenemos muchos amigos en el mundo interesados en ayudar y busca la paz”, pero también prometió una “retaliación” de parte de Irán en caso de que se le imponga un nuevo régimen de sanciones.