PRENSA

Dos argentinos en la lista de candidatos para ganar el Nobel de la Paz

Entre los primeros candidatos al premio Nobel de la Paz, finalmente atribuido este año al presidente Barak Obama, se encontraba Baruj Tenembaum, creador de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, según ha confirmado PRIO, prestigioso e independiente instituto académico con base en Oslo, Noruega.

Por su parte Ladbroke, la famosa agencia de apuestas de Londres, otorgó a Tenembaum más posibilidades de ganar el Nobel que a figuras de la alta política internacional como Nicholas Sarkozy o Tony Blair.

ZENIT ha preguntado a Tenembaum, judío de origen argentino, pionero del diálogo interreligioso desde tiempos de Pablo VI, por qué, según él, tanto interés por su figura y obra. «¿Quién soy yo?», se pregunta con sencillez Baruj Tenembaum. «No me referiré concretamente a lo sucedido pues no me considero tan importante, al fin y al cabo». «¿Quién soy yo?», sigue preguntándose. «Concretamente, soy descendiente de esclavos, de aquellos judíos que trabajaban en Egipto bajo el látigo de los faraones, y que luego fueron liberados por Moisés».

«Soy tan judío como los que fueron expulsados de Jerusalén cuando se destruyó el Primer Templo, y luego el Segundo», sigue explicando.

«Soy tan judío como mis hermanos que fueron expulsados de Portugal y de España, y siguen añorando en idioma ladino a la península, a pesar de las inquisiciones», aclara.

«Soy tan judío como los que fueron perseguidos en Europa por los pogroms, y, también, como aquellos seis millones aniquilados por los Hitler(s), en plural».

Entonces, con toda franqueza y humildad: ‘¿Quién soy yo?'», sigue preguntándose.

«Soy un simple hijo de colonos que dedica su vida para agradecer a aquellos seres humanos que salvaron vidas, que se arriesgaron. Los Wallenberg, Souza Dantas, Sousa Mendes, más de 20.000 gentiles, no judíos, a quienes debemos la gratitud, el recuerdo, la educación a nuestros descendientes».

«En la Fundación Wallenberg trabajamos intensamente en des-cubrir, entre otros, los excepcionales gestos de estos heroicos seres humanos.»

De este modo, confiesa, ha podido «des-cubrir» » en los archivos, en los museos, en las iglesias, en las sinagogas, en las bibliotecas, entre sus asistentes» el alcance de la figura de Angelo Roncalli, quien durante la segunda guerra mundial, siendo representante diplomático de Pío XII en varios países, realizó una valiente obra de ayuda a judíos perseguidos.

«Y una y otra vez –reconoce– no podemos dejar de emocionarnos con lágrimas que huyen de nuestros ojos cuando nos enteramos de las acciones que ese hijo del pueblo italiano, sencillo, humilde, grande, ejecutó en circunstancias totalmente adversas para salvar, por ejemplo, a niños expuestos a la sombra del infierno; rompiendo, destruyendo prejuicios, yendo mas allá de lo que se supone indican las reglas».

«A cada rato imaginamos a Roncalli rezando, también en presencia de terceros, pidiendo a su chófer que se detenga frente a la sinagoga de Roma para rezar ‘por mis hermanos judíos'», explica Tenembaum.

«O como cuando recibió en el Vaticano a una delegación de judíos, levantó sus brazos y exclamó desde la silla Papal, citando la Biblia: ‘Soy José, vuestro hermano'».

«Entonces, nuevamente: ¿Quién soy yo?», se pregunta de nuevo Baruj Tenembaum. «Lo que sobrevive, lo que queda, lo importante, lo noble, es destacar lo que sobre-vive, por ejemplo: Angelo Roncalli».

Por eso, concluye: «Hay cosas en la vida que son mas importantes que la vida misma».

Daniel Barenboim y Baruj Tenembaum
Acababa de emerger la fumata blanca de la Capilla Sixtina cuando los rumores ya gritaban que el cardenal argentino Jorge Bergoglio, un jesuita, había estado a punto de ganar la votación cardinalicia para quedarse con el trono de Juan Pablo II. Ahora, a falta de uno, son dos los argentinos que habrían estado nuevamente en el centro de la atención mundial, esta vez entre los candidatos al Premio Nobel de la Paz 2009.
Así lo señaló el director del Instituto noruego para la Investigación sobre la Paz (PRIO), Kristian Berg Harpviken, quien todos los años elabora un listado extraoficial de los posibles aspirantes a ser considerados por el Comité sueco.
Es ahí donde aparecen el nombre del maestro de orquesta Daniel Barenboim y del pacifista Baruj Tenembaum, dos argentinos radicados en el exterior. El dato de PRIO coincide con la casa londinense de apuestas Ladbrokes, conocida como “la quiniela del Nobel”, que incluyó a ambos en una apuesta hecha un día antes de conocerse quién sería el ganador.
“Mi mención me tomó por sorpresa”, dijo Tenembaum a PERFIL, en comunicación telefónica desde Suiza. “Cuando mi nombre apareció en danza, recibí muchos llamados de gente destacada en el mundo”, comentó. “La paz es eliminar al enemigo convirtiéndolo en amigo. Es sembrar solidaridad entre todos los hombres. Es el derecho a ser distinto”, comentó este santafesino que aboga por el diálogo judeo-católico y que se exilió en enero de 1976 tras ser secuestrado por la organización parapolicial Triple A.
Por su parte, Barenboim es desde hace años un candidato firme al Nobel por sus esfuerzos para lograr un entendimiento duradero entre palestinos e israelíes. El concertista dirige una orquesta con músicos musulmanes y judíos.
Por lo pronto, habrá que esperar medio siglo para saber cuán cerca estuvieron estos argentinos de acariciar el Nobel. Es que a diferencia del férreo secreto vaticano, transcurridos 50 años el Comité sueco revela quiénes fueron los candidatos y cómo quedaron posicionados.