PRENSA

De Caracas a Teherán, una ruta aérea sospechosa

El Airbus 340 de la aerolínea venezolana Conviasa que cubre la ruta Caracas-Damasco-Teherán sale sólo dos sábados al mes y con una cabina de pasajeros semivacía de los hangares del aeropuerto internacional Simón Bolívar.
No hay controles. Aunque los vínculos políticos entre los gobiernos de Irán y Venezuela, que hicieron posible la puesta en marcha de este vuelo directo en marzo de 2007, marchan cada vez mejor, las buenas relaciones no son suficientes para llenar esta aeronave de 286 asientos. «No suele viajar con más de 140 pasajeros cada vez. En su mayoría suelen ser funcionarios venezolanos, inmigrantes sirios y empresarios iraníes», explica un ex tripulante del vuelo que prefiere el anonimato.
Añadido a esto, en temporada alta, como es el mes de diciembre, el billete cuesta casi 3000 euros, y en los períodos de menos demanda nunca baja de 1500 euros. Estos precios son prohibitivos para la mayoría de los venezolanos. A pesar de ello, la oficina de reservas de Conviasa sostiene que no queda ni un sitio libre en todos los vuelos para lo que resta de este año.
«Sin duda, éste es un vuelo con fines políticos, no es un vuelo para nada rentable», explica un alto cargo de Conviasa. Cada hora de vuelo entre Caracas y Teherán le cuesta al Estado venezolano entre 9500 y 12.000 euros. A cualquier otra aerolínea que pudiera aprovechar este vuelo para hacer conexiones con otros destinos le costaría 6500 euros por hora.
Los negocios que supuestamente sostienen a esta aeronave en el aire van de mal en peor. Y después de dos años de acumular kilómetros, las administraciones de Hugo Chávez y Mahmoud Ahmadinejad deberán decidir en diciembre de 2009, antes de que venza el convenio firmado en 2007, si existen razones distintas de las económicas para renovar la alianza entre Conviasa y la aerolínea Irán Air que valgan la pérdida de miles de euros por cada despegue.
Cuando comenzó a ejecutarse el convenio, el vuelo Caracas-Damasco-Teherán partía todos los sábados por la tarde del aeropuerto internacional de Maiquetía y estaba de regreso los martes en la madrugada. Pero desde hace un mes los vuelos comenzaron a efectuarse cada dos semanas. Inicialmente, Irán Air operó la ruta con un avión de su propiedad durante sólo dos meses; a partir de entonces, comenzó a utilizarse el Airbus propiedad de Conviasa. Los cálculos más conservadores indican que el costo total del vuelo es de 340.000 euros, que no se compensan ni de lejos con la venta de pasajes.
«De Venezuela a Siria el vuelo podría ser rentable, porque allí desembarcan hasta un centenar de pasajeros por vuelo; en su mayoría, sirios que viven desde hace muchos años en Venezuela. Pero entre Damasco y Teherán sólo vuelan entre 40 y 60 personas, que no justifican siquiera que se mueva el avión», agrega el responsable de la compañía aérea venezolana. Conviasa es la empresa creada en 2004 para reemplazar a la extinta Viasa (liquidada en 1997) con el propósito de que Venezuela volviera a tener una línea de bandera.
El transporte de mercancías de Venezuela a Irán o viceversa tampoco lo justifica: el acuerdo firmado por Conviasa e Irán Air en 2007 no contempla un «convenio de carga», razón por la cual los paquetes más grandes que se han transportado legalmente son las valijas diplomáticas.
El trayecto de dos horas y media entre Damasco y Teherán ha despertado las sospechas de la prensa internacional, que especula acerca del transporte de uranio y de componentes militares.