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El canciller israelí se reunió en San Pablo con el gobernador Serra y empresarios

El canciller israelí, Avigdor Lieberman, llegó ayer a Brasil y lo primero que hizo fue reunirse con la oposición y los empresarios paulistas. El xenófobo dirigente, que se encontrará hoy con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, mantuvo un perfil bajo durante el primer día de su gira por América latina, pero no pudo evitar el repudio de uno de los principales líderes del Partido de los Trabajadores (PT), la fuerza fundada por Lula. “Lieberman es un racista y un fascista”, denunció el secretario de Relaciones Internacionales del partido, Valter Pomar. Según el diario israelí Haaretz, el aliado del presidente adelantó que el ala de izquierda del PT está preparando protestas en la capital brasileña.
Durante mucho tiempo América latina había quedado fuera de las giras internacionales de los cancilleres israelíes. Sin embargo, con la llegada del nuevo gobierno de ultraderecha, el primer ministro Benjamin Netanyahu decidió ir detrás de los nuevos aliados de Irán en el mundo. En los últimos cinco años el presidente Mahmud Ahmadinejad cosechó buenos amigos en la región, especialmente el presidente venezolano, Hugo Chávez; el boliviano, Evo Morales; el ecuatoriano, Rafael Correa, y el nicaragüense, Daniel Ortega.
Con Lula la afinidad no ha sido fuerte, pero la relación ha ido creciendo. El canciller brasileño visitó Teherán este año y Lula tiene planeado hacer lo mismo el próximo. El acercamiento entre los dos mandatarios fue reconocido incluso por Barack Obama en la cumbre del G-8 en Italia. El presidente norteamericano le pidió a su par brasileño ayuda para volver a sentar al régimen islámico iraní a la mesa de negociación multilateral y reanudar las discusiones sobre su plan nuclear.
El mes pasado, el brasileño fue uno de los pocos líderes moderados de la región, y del mundo, que apoyaron a Ahmadinejad frente a las denuncias de fraude en las últimas elecciones iraníes. El embajador iraní en Brasilia aprovechó la llegada de Lieberman para recordar ese contundente apoyo. “La posición de Lula fue muy corajuda, independiente y soberana, eso demuestra que la diplomacia brasileña conoce perfectamente la realidad iraní”, aseguró al diario local Correio Brazilense, Mohsen Shaterzadeh.
El diplomático evitó la sutileza tradicional en estos casos y le advirtió al canciller israelí que Lula no se dejaría influir fácilmente. “Brasil es un país grande, con una diplomacia fuerte y altiva, no es influenciable por las ideas de un país pequeño, racista y que no es reconocido por todo el mundo”, agregó el embajador. Para completar la puja por la amistad de la potencia latinoamericana, Shaterzadeh anunció que Ahmadinejad adelantó su viaje a Brasilia y, aunque no dio fecha, sí confirmó que no bien pise territorio brasileño, lo primero que hará será reunirse con el presidente petista.
Para el presidente de la comunidad judía en Brasil, Claudio Luiz Lottenberg, la visita de Lieberman va a servir para empezar a cambiar la imagen que se está creando de Israel en el mundo. “No tuvimos visitas de Estado en mucho tiempo y eso ayudó a crear un clima adverso. Ahora necesitamos reanudar las relaciones con una actitud nueva”, expresó Lottenberg.
La Cancillería israelí no difundió la agenda de Lieberman del día de ayer por razones de seguridad. Lo único que confirmó es que el jefe del partido de extrema derecha Israel Beiteinu (Israel Nuestra Casa) se reunió ayer con el gobernador de San Pablo y próximo presidenciable del centroderecha, José Serra, y con el directorio de la poderosa Federación de Industrias de San Pablo. Además de ser un actor político para Israel, Brasil es su principal socio comercial en Latinoamérica.
Por eso hoy, cuando se reúna con Lula, Lieberman discutirá preocupaciones de seguridad nacional como la Triple Frontera, que comparten Brasil, Argentina y Paraguay, y donde Estados Unidos sostiene que existen células activas de Hezbolá, el grupo radical libanés. Pero también tratará de sentar las bases para ampliar el intercambio comercial, por ejemplo, a través de compras militares.
Después de Brasil, Lieberman partirá mañana a Buenos Aires (ver aparte) y luego a Perú y Colombia. En su última parada el canciller israelí tendrá una agenda similar a la brasileña. Colombia es el segundo socio comercial de Israel en la región, con ventas por 445 millones de dólares anuales e importaciones por 165 millones de dólares, la mayoría también por ventas militares. Además, según adelantó la Cancillería israelí, Lieberman le advertirá al presidente Alvaro Uribe sobre “presuntas células de Hezbolá en el norte colombiano”, lindante con el mar Caribe y Venezuela. Terrorismo y armas marcan el norte del nuevo gobierno israelí.