PRENSA

Discurso del presidente de la DAIA en el acto en memoria de las víctimas de la Shoá en la embajada de Austria

Nos encontramos en esta casa, que nos permitió llevar a cabo este acto, Señores embajadores, queridos sobrevivientes, familiares, miembros de consejos directivos de instituciones de la comunidad, señoras y señores:

Un día como hoy, un 12 de marzo, pero de 1938, en Austria las tropas nazis. Comienza ahí una época de horror, comienzan las persecuciones, comienzan a cerrarse las sedes de las entidades judías, comienzan a encarcelar a los dirigentes, comienzan a despedir a judíos de la función pública y luego en la función privada, comienzan las exclusiones en la vida cultural, económica y social de los judíos.

En el mismo año, en 1938, pero en noviembre en ocasión de la Noche de los Cristales Rotos, la Kristallnatch, al igual que en Alemania comienzan las acciones contra las sinagogas, la destrucción, el ataque a comercios, los arrestos masivos, las humillaciones. En mayo de 1939 se cierran casi 27 de los 33 centros comunitarios judíos. En pocos meses ocurre en Austria lo que en Alemania venía sucediendo hacía cinco años. En 1941 prohíben toda la emigración judía del Reich y comienzan las deportaciones masivas a los ghettos, a los campos de concentración de Polonia. En 1942 casi queda destruida la comunidad judía de Viena, quedando apenas siete mil judíos de los cuales la mayoría estaban casados con no judíos.

Hubo demasiados ciudadanos austríacos que celebraron la invasión de las tropas nazis en Austria. Hubieron muchísimas manifestaciones antisemitas en distintos sectores de la sociedad austriaca que consolidaron esta anexión de Austria y esta adhesión al nazismo que se registró en Austria.

El llanto judío tiene seis millones de razones: un llanto que lo fortalece, que renueva nuestro espíritu de lucha por la justicia, por la libertad y renueva nuestro compromiso contra la discriminación, contra el odio, contra el racismo y contra el antisemitismo.

Aquellos enemigos nuestros, que son enemigos de la humanidad, les decimos que tenemos una sensibilidad para descubrir a los lobos aunque se disfracen de corderos, quines niegan la Shoá no hacen otra cosa que ocultar el verdadero propósito que es trasmitir que esto vuelva a repetirse. Quienes adhieren a la destrucción del Estado de Israel, no hacen otra cosa que instar al genocidio y peor aún quienes acompañan a todos ellos traicionan los valores de la humanidad.

Hoy nos congregamos en este acto para hacer un ejercicio de la memoria y homenajear y recordar aquellos hermanos judíos austriacos víctimas del nazismo, para honrar a los héroes de los ghettos, para homenajear a los sobrevivientes y a todos aquellos justos de distintas nacionalidades que han honrado la dignidad humana.

Tenemos memoria pero solo para construir un presente y un futuro mejor, como bien decía recién, el Gobierno austriaco lleva innumerables acciones precisamente para corregir todos aquellos errores del pasado y fundamentalmente educar en todos esos actos para asegurarse de que aquello nunca vuelva a ocurrir.

Señora embajadora gracias por ser la anfitriona en esta casa, en este acto y gracias por permitirnos hacer este uso de la memoria y aunamos nuestras voces aquí, en esta casa diplomática frente a nuestros sobrevivientes y renovemos esfuerzos en esta lucha común para que nunca más vuelva a ocurrir lo que ocurrió.

Muchas Gracias.