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Revista Compromiso: Entrevista a Rafael Grossi, Embajador argentino en Austria

Rafael Grossi es egresado del Instituto del Servicio Exterior de la Nación (ISEN), con medalla de plata. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Católica Argentina, Magíster en relaciones internacionales y Doctor en Historia y Política Internacional por la Universidad de Ginebra, Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales. Fue Director General Adjunto del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Viena, y Jefe de Gabinete del Organismo para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), La Haya. Fue asesor del Subsecretario General de las Naciones Unidas en Materia de Desarme, y Presidente del Grupo de Expertos Gubernamentales de las Naciones Unidas sobre el Registro Internacional de Armas. También fue Director General de Coordinación Política de la Cancillería, y prestó funciones en la Embajada de la República ante el Reino de Bélgica y en la Misión Permanente de la República Argentina ante los Organismos Internacionales, en Ginebra.

Compromimso: -¿Cuál es el estado de la relación entre la Argentina y Austria?
Rafael Grossi: La relación bilateral entre la Argentina y Austria es muy buena. Es una antigua relación en la que no existen puntos de fricción y, por el contrario, hay una vieja amistad, y una presencia austríaca en la Argentina que data de muchos años. En materia de comercio estamos aumentando el volumen. Se sitúa cerca de los 300 millones de euros, con una balanza levemente superavitaria para la Argentina. Somos el tercer socio comercial de Austria en América Latina, después de Brasil y México. En este momento estamos multiplicando nuestros esfuerzos para generar un interés en nuestropaís tanto en materia comercial como en el área de inversiones. Recientemente organizamos una presentación ante potenciales inversores austríacos y se observa un claro interés en sectores clave como infraestructura, energías renovables y transportes; en suma, las áreas en las que el Gobierno ha presentado un paquete atractivo de proyectos de inversión.

C: -¿Qué temas prioritarios guían la agenda de nuestro país con la Unión Europea?
R.G.: El acuerdo Unión Europea-Mercosur es central en estos momentos. El logro de un acuerdo equilibrado y mutuamente beneficioso es el objetivo inmediato.

C: -En Austria ha ascendido electoralmente un partido nacionalista que sacudió el tablero político. ¿Qué lectura ofrece al respecto?
R.G.: El Partido de la Libertad (FPO) es una fuerza política que efectivamente está en claro ascenso en Austria, es la tercera fuerza política, muy cerca de los socialistas. En este momento y en ese carácter actualmente negocia con el partido que obtuvo el primer puesto en las elecciones del pasado mes de octubre, el Partido Popular (OVP), la formación de una coalición de Gobierno. Hay inquietudes en la sociedad austríaca, y el posible nuevo primer ministro Sebastian Kurz está consciente de ello, por lo que ha reafirmado el carácter decididamente pro-europeo del futuro Gobierno. Ello ha traído tranquilidad.

C: -En un sentido más amplio, ¿Cómo vislumbra la situación de Europa en el futuro mediato de cara a los desafíos de la inmigración y el terrorismo?
R.G.: Viena es una caja de resonancia súmamente reveladora de las grandes tendencias de la historia, y lo ha sido a través del tiempo. Hoy no es una excepción. El Gobierno austríaco ha debido enfrentar el tema de los refugiados con mucha decisión. Hay que comprender que las dos rutas reconocidas de las corrientes de refugiados más recientes, tanto la del Mediterráneo como la de los Balcanes, tienen a Austria como pasaje obligado y en muchos casos como el objetivo final. Ello ha suscitado tensiones sociales que son inevitables. Estos fenómenos que usted cita son sin dudas, enormes desafíos que van más allá de Austria o de Europa misma ya que ponen en juego los valores centrales de las democracias modernas que se ven confrontadas a fenómenos que surgen muchas veces de sus propias estructuras sociales -jóvenes desempleados, de segunda generación de inmigrantes que se radicalizan- cuestionando la legitimidad del sistema de convivencia en su totalidad. Allí es donde debe ponerse el foco y donde la Unión Europea procura hacerlo equilibrando las libertades fundamentales con una gestión eficaz de la seguridad. Enorme desafío, sin dudas.

C: -Usted desempeñó funciones diplomáticas ante las Naciones Unidas en Suiza. ¿Qué fortalezas y debilidades ve en la ONU como actor internacional?
R.G.: A riesgo de decir una obviedad, pero no por ello menos cierta, la realidad es que si no tuviésemos a las Naciones Unidas habría que crearlas. El problema del sistema multilateral es que las debilidades o limitaciones del mismo son muy fáciles de identificar. Más difícil y quizás menos atractivo y escandaloso es ver los logros cotidianos que el sistema de las Naciones Unidas aporta a la convivencia internacional y a la preservación de la paz y seguridad internacionales. Las soluciones a los grandes problemas internacionales -el terrorismo, la proliferación de armas de destrucción masiva, el cambio climático, los derechos humanos- tienen necesariamente un componente multilateral. En algunos casos es central a la solución de los problemas, en otros, un complemento indispensable, pero, ciertamente, no se puede prescindir de las Naciones Unidas.

C: -En muchos de sus foros, especialmente en el Consejo de Derechos Humanos, se percibe una atención desproporcionada a los asuntos de Israel, a expensas de otras urgencias mundiales. La contracara es un pase libre a los países violadores de los derechos humanos, que rara vez son condenados. ¿Ve algún remedio a la polítización del sistema de la ONU?
R.G.: La pregunta se vincula en cierta medida con el punto anterior. El sistema puede ser abusado, alguna vez manipulado, pero su necesidad es incontestable.

C: -Permítame llevarlo hacia el plano nuclear. ¿Cree que el Joint Comprehensive Plan of Action, como se conoce en inglés al pacto nuclear del P5 + 1 con Irán, es un buen acuerdo?
R.G.: Es un acuerdo razonable. Naturalmente tiene apologistas y detractores, ambos munidos de sus argumentos. Aquí lo que hay que tener presente es la naturaleza y el alcance del acuerdo. Si lo que se busca es neutralizar completamente toda actividad nuclear en la República Islámica de Irán, el JCPOA claramente no satisface esa expectativa. Pero ese no es su objetivo. Se trata de un acuerdo que limita y controla todas las actividades nucleares en Irán, mediante un sistema complejo de reducción de ciertas instalaciones y equipos, la reconfiguración de las instalaciones y equipos de transformación del núcleo del reactor de agua pesada de Arak y otras tantas. El JCPOA establece un régimen de controles e inspecciones que desacelera -pero no elimina- el programa nuclear de Irán. Y Allí el punto crítico para otros, que hubiesen preferido un acuerdo más radical, es decir, uno que hubiese eliminados todas estas actividades en Irán. La pregunta es si esto era políticamente posible o no. Por eso vuelvo al inicio de mi respuesta. Quien busca del JCPOA un tratado que “desnuclearice” a Irán naturalmente estará en contra. Si por el contrario se favorece un enfoque gradual, el JCPOA aparece como un camino razonable y técnicamente fundado.

C: -Dos aliados importantes de Estados Unidos, Arabia Saudita e Israel, lo objetaron. En su impresión, ¿qué promesas y qué riesgos tiene este acuerdo para la seguridad nuclear global a futuro?
R.G.: El acuerdo demuestra que puede arribarse a soluciones diplomáticas cuando existe coherencia y unidad de acción en los negociadores. Esto es lo que sucedió entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad y Alemania. Presentaron un frente coherente Estados Unidos, Rusia, China, Francia, El Reino Unido y Alemania, lo que no es fácil. Se atuvieron a él y ello facilitó que Irán advirtiera que frente a ese grupo sin fisuras debería negociar limitaciones concretas. El acuerdo debe ser respetado en todos sus puntos de manera escrupulosa, para eso está el Organismo Internacional de Energía Atómica. Los riesgos siempre existen, como digo, es un acuerdo complejo y difícil de verificar, que exige un esfuerzo considerable en términos de inspecciones. En mi opinión son los países, los actores de la escena internacional, quienes son responsables de manejar la situación. Un acuerdo es un vehículo. El JCPOA es eso. Más allá de lo cual, la seguridad nuclear y la estabilidad exigen un trabajo constante, ya que a diferencia de lo que muchos afirman, la actividad nuclear en el mundo no decrece, sino todo lo contrario.

C: -Corea del Norte. En 1994 el presidente Bill Clinton negoció con Pyongyang un acuerdo nuclear. En los últimos años el régimen coreano ha estado probando armas nucleares. ¿Ofrece este caso lecciones para lo que pueda esperarse del pacto con Irán?
R.G.: No tantas. En Corea del Norte existió un esquema de incentivos y recompensas que usted menciona, que llevaron al llamado acuerdo marco. Corea del Norte lo violó, se retiró del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, expulsó a los inspectores del OIEA. Ignora más de diez resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y -diferencia fundamental- tiene armas nucleares. Tiene un arsenal, cosa que Irán nunca llegó a tener, ni siquiera ensayó un artefacto. De ahí que la situación sea muchísimo más grave. Son procesos que tienen algunas similitudes pero también diferencias muy marcadas. Algunos pensaron en 2015, cuando se alcanzó el acuerdo con Irán, que un modelo similar podría aplicarse a Corea del Norte, pero como señalo, se trata de casos diferentes. Diría, eso sí, que la vía diplomática es la que debe seguirse en Corea del Norte sin lugar a dudas y que los procesos anteriores, incluyendo el así llamado de conversaciones hexapartitas, seis partidos de conversaciones (Estados Unidos, Rusia, China, Japón, y ambas Coreas) demuestran que no es imposible establecer escenarios de cooperación y de negociación con Pyongyang.

C: – La Argentina tiene experiencia apreciable en el desarrollo nuclear. ¿Visualiza un papel internacional relevante para nuestro país en esta área a futuro?
R.G.: Claramente. La Argentina posee, hoy por hoy, el programa nuclear más importante de América Latina, con tres centrales nucleares en operación, dos planeadas, un reactor nuclear modulable en construcción de diseño nacional, el CAREM, y una red de instalaciones nucleares en todo el territorio nacional. Tenemos además, lo que es bastante singular para un país como el nuestro, un perfil exportador nuclear, con operaciones comerciales exitosas en Perú, Argelia, Egipto y Australia, entre otras. Ello hace que la Argentina sea un actor muy comprometido con la gobernanza nuclear internacional y el buen funcionamiento de los acuerdos y las instituciones. Por esa razón nos ha tocado desempeñar papeles de coordinación y liderazgo en diversas áreas de la agenda nuclear. Actualmente nos preparamos para ejercer la presidencia de la Conferencia de Examen del Tratado de No Proliferación (TNP) en 2020, un ejercicio que concita la atención global por la importancia de este instrumento clave, en momentos de incertidumbre y cuestionamientos al principio de la no-proliferación de armas de destrucción masiva, como puede verse en el caso de Corea del Norte. Será una alta responsabilidad y seguramente replanteará la legítima aspiración de conducir el Organismo Internacional de Energía Atómica.

C: -Por último, un asunto muy doloroso para los argentinos. Durante la tragedia del submarino Ara San Juan, usted jugó un papel muy importante al involucrar a la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares. Cuéntenos al respecto por favor.
R.G.: Trabajamos conjuntamente con el Organismo para la Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares con sede en Viena, y conocíamos el alcance de la red de detección que conforma el sistema internacional de vigilancia que incluye estaciones sísmicas, de infrasonido, radionucleidos e hidroacústicas. En contactos con el CTBT se planteó la posibilidad de hacer una lectura focalizada y dedicada de los sensores hidroacústicos que pudieran haber recogido datos relevantes para la búsqueda de nuestro submarino. El CTBT, en particular su Secretario Ejecutivo, el Dr. Lassina Zerbo, respondió con generosidad y alto profesionalismo y en pocos días contamos con un primer informe que reveló la ocurrencia de un fenómeno impulsivo aislado, compatible con una explosión subacuática. Ello resultó determinante para poder determinar, el 21 de noviembre, que el buque sufrió un evento disruptivo de magnitud. A partir de eso, y desde ese momento de manera ininterrumpida, el CTBT ha continuado aportando sus análisis y mediciones, en constante interacción con los equipos de la Armada Argentina.