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Revista Compromiso: Entrevista a Gustavo Perednik

El filósofo y escritor argentino-israelí Gustavo Perednik dialogó con Revista Compromiso. “No hay diferencia entre el término judeofobia y antisemitismo” dice, y agregó que “el BDS es un fenómeno judeofóbico puro, porque de los 194 Estados que hay en el mundo, sólo consideran que tiene que desaparece uno”.

Compromiso: ¿Hay alguna diferencia entre la judeofobia y el antisemitismo?
Gustavo Perednik: No hay diferencia, la judeofobia y el antisemitismo son sinónimos. Los dos aluden al odio anti judío, pero, a mi juicio, el término judeofobia es mucho más apropiado. Primero porque no existen los semitas, existían en la remota antigüedad, pero no hoy en día. En segundo lugar, porque los antisemitas, es decir, personas en contra de los semitas, jamás existieron. La palabra antisemitismo fue mal inventada y perpetuarla ayuda al fenómeno. Seguir usándola, a mi juicio, es contraproducente. De todos modos, no corrijo a nadie que la use, pero me parece que judeofobia es más apropiada.

C: ¿Cree que hay un recrudecimiento del antisemitismo o la judeofobia en el mundo?
G.P: La mayoría de los que miden estas cuestiones dice que, efectivamente, estamos pasando por una época de recrudecimiento. Creo que uno de los motivos es que aquellos que combaten la judeofobia plantean mal ese combate, porque sostienen que es una especie de discriminación contra los judíos, cuando en realidad es un fenómeno demonizador, no discriminador. No hace de los judíos un grupo separado, al contrario, los judíos destacan hoy en día en todas las áreas con total libertad, no están discriminados. Esto no es entendido la mayoría de las veces.

C: A su criterio, el BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel) ¿es judeofobia?
G.P: La judeofobia consiste en criticar del judío, y solamente del judío, cosas que aparecen en muchos otros. El BDS es un fenómeno judeofóbico puro, porque de los 194 Estados que hay en el mundo, sólo consideran que tiene que desaparecer uno. El creador del BDS plantea que la solución del conflicto en el Medio Oriente pasa por la eutanasia de Israel, es decir, la desaparición indolora del Estado judío. El BDS no va contra la injusticia, la discriminación, o contra la opresión, va contra Israel.

C: ¿Qué opinión tiene sobre la ley que define a Israel como “Estado Nación del pueblo judío”?
G.P: Es una ley indispensable para el Estado judío, porque viene a complementar la ley de 1992 de Derechos Humanos, que hacía del Estado de Israel un Estado democrático. En su autodefinición, Israel es un Estado judío y democrático. No había ninguna ley que explicitara esta judeidad. Ser un Estado judío no tiene nada que ver con ser un Estado clerical, significa que es un Estado del pueblo judío, que tiene los símbolos, que habla el idioma y tiene la historia judía. Lamentablemente la irracionalidad prevaleció y hubo en el mundo una ola en contra de esta ley aprovechada por los anti israelíes, que la distorsionó. Lo que queda claro es que todos aquellos que se oponen a la ley no tienen argumentos racionales. Decir que Israel es el Estado del pueblo judío era obvio todo este tiempo.

C: ¿Qué análisis hace de la Argentina respecto al antisemitismo?
G.P: Percibo que la gente es ingenuamente inconsciente del fenómeno, porque la mayor parte de las personas bien intencionadas en la Argentina siente que la judeofobía es una problemática superada. Nadie tiene algo contra los judíos, es cierto que se ha avanzado muchísimo en las últimas décadas con respecto al costado discriminatorio de la judeofobia, que es el menor. El fundamental es el demonizador y ese perdura. Lamentablemente no hay instituciones que pongan el dedo en el problema que estoy planteando y se suman en la lucha contra la discriminación, a la que todos nos sumamos, pero eso no hace nada en contra de la judeofobia.