Hoy estamos ejercitando la memoria y reiterando nuestro reclamo de justicia por crímenes que en Argentina aún permanecen impunes. Agradezco al KKL haber sido convocado para ejercitar la memoria y reclamar el fin de la impunidad.
Tiene un especial significado que este acto se realice en Israel y que participen figuras de la vida política y cultural de este país.
Desde su nacimiento, Israel siempre se preocupó por la situación de todas las comunidades judías de la diáspora y estuvo muy cerca de nosotros cuando en Argentina fuimos víctimas de dos atentados terroristas. Como lo hizo cuando padecimos la dictadura.Nos sentimos acompañados en nuestro constante pedido de justicia y verdad.
Estuve con Alberto Nisman tres días antes de su muerte y no vi un suicida. Vi a un hombre valiente, preocupado por avanzar, por continuar y no por interrumpir su vida. No hay suicidio que no sea anunciado. Y en el caso de Alberto Nisman lo único anunciado y denunciado por él era una conducta violatoria del Derecho que perseguía la impunidad para los imputados por el atentado contra el edificio comunitario de Buenos Aires.
Sin embargo, se quiso borrar la memoria desde el mismo día que presento el escrito judicial. No podemos dejar de mencionar la conducta desacertada del Juez Rafecas, quien, en mi presencia,desestimo la denuncia , desconociendo las más de las 50 medidas de prueba que solicito la Fiscalía. Rafecas, quien hoy pretende un cargo de mayor jerarquía, el mismo Rafecas que visito el sitio sagrado y consagrado a la memoria, YAD VASHEM, es aquel que con su decisorio pretendió borrar la memoria de las víctimas del atentado
Quienes pretendían imponer la impunidad para los acusados del atentado utilizaron una herramienta jurídica, intentando dar un manto de legalidad que resulto ser de ilegalidad manifiesta. Esa batalla jurídica, dada por la DAIA y la Amia fue ardua pero finalmente se determino que ese instrumento era inconstitucional. Estar sujeto a Derecho es la manera de reclamar siempre verdad, memoria y justicia. Sin el respeto de las normas y el debido proceso nuestra comunidad no puede defender sus derechos.
Este acto no solo es un homenaje sino también el reclamo por otra situación de impunidad: el 18 de julio se cumplirán 25 años del atentado contra el edificio de la Comunidad Judía de Buenos Aires.
Igual que nosotros, las autoridades políticas de Israel estaban al tanto del enorme trabajo que venía realizando el fiscal Nisman para esclarecer ese atentado. Sabían de su trabajo para investigar a los altos funcionarios iraníes que están imputados en la causa.
Israel conoce muy bien de qué se trata el sufrimiento y el dolor que genera el terrorismo. En un mundo que durante años minimizó el daño que puede generar el terrorismo internacional Alberto investigo a muchos de sus perpetradores. Alberto Nisman se comprometió con la verdad y combatió a quienes propagaban discursos de odio y el terrorismo.
El olvido es uno de los eventos más importantes y decisivos que vienen utilizándose a través de la historia para controlar a los seres humanos. El olvido se ha instalado deliberadamente para poder manipularnos a través de esta verdadera cultura de borrarnos la memoria.
En la película La Historia sin Fin, se trata de la guerra del todo contra la nada. La reina de la nada se llama la reina de la vacuidad. Y el castigo que provoca la reina es que se lleva la memoria de todos. Su triunfo se produce cuando nadie posee memoria y nadie recuerda. La República Argentina debe luchar para no perder la memoria.
Ninguna operación mediática y política podrá manchar el legado que nos dejó Alberto Nisman. Nada más cobarde que atacar y difamar a alguien que no puede defenderse. Este homenaje busca reivindicar su trabajo como Fiscal de la Nación que sin duda permitió avanzar en el esclarecimiento del atentado a la AMIA/DAIA.
Necesitamos no olvidar, ejercitar el recuerdo y promover la memoria. Porque contra lo que muchos sostienen, la memoria no es traer el pasado. La memoria es siempre el futuro. La memoria es el ejercicio fundacional de la justicia.