PRENSA

El discurso de Ariel Cohen Sabban en el acto por el «Día del Holocausto»

La DAIA conmemoró anoche el «Día del Holocausto y del Heroísmo» en el 74° aniversario del levantamiento del gueto de Varsovia con un emotivo acto en el CCK que tuvo como principales oradores al presidente de la entidad que representa a la comunidad judía, Ariel Cohen Sabban, y la vicepresidenta, Gabriela Michetti.
El discurso de Cohen Sabban:
El 8 de mayo de 1945 terminaba la guerra contra la Alemania nazi y el mundo comienza apenas a tomar una dimensión del horror y del Holocausto. Una guerra que dejó 52.000.000 de soldados y civiles muertos; y como la herida más absurda, 6.000.000 de judíos, 500.000 gitanos y decenas de miles de homosexuales, exterminados solamente por su condición religiosa, étnica o sexual.
La maldad sistemática alentada por el Estado hitlerista fue impulsada por personajes emergentes de la cultura alemana que desde el siglo XVIII deslumbraba al mundo. Sus mentalidades afiebradas impulsaban el paradigma de una raza superior, la raza aria. Entre ellos estaban, por ejemplo, Gerard Keitel, un investigador de textos sacros; el filósofo Martin Haideguer y el jurista Karl Schmidt.
Josef Goebbels, el cerebro de la propaganda nazi, poseía tres títulos obtenidos en la Universidad de Hildeberg. Iosef Menguele, el médico de Auschwitz, también antropólogo.
No todas las víctimas del nazismo fueron judías, pero todos los judíos fueron víctimas.
Terminada la guerra, comenzaba otra mucho más digna. ¿Cómo perpetuar la memoria? ¿Cómo hacer justicia sin venganza? ¿Cómo concientizar a las nuevas generaciones? ¿Cómo hacer para que lo sucedido no se repita?
Hoy, a 74 años del levantamiento del Guetto de Varsovia, símbolo de la resistencia suprema contra el mal, tengo mis dudas si el mundo ha aprendido la lección. Señoras y señores, la organización extremista ISIS, aún en retira, nos brinda un panorama cotidiano del mísero refinamiento a que llega en su bajeza, degradando con sus ataques sangrientos la condición humana.
Algunas imágenes de ataque con gases venenos sobre población civil en Siria apenas hace semanas, parecen abonar lo poco que se concientizó la humanidad en aceptar al diferente.
Y el mundo calla. Una y otra vez. Se acostumbran al terror. Se anestesia ante lo inconcebible.
Como judíos ya conocemos todos esos fenómenos y no podemos permitir que se repitan. Ayer fue el nazismo; hoy se levantan banderas justificadoras en nombre de Dios; un Dios que los repudia.
Si miramos el crecimiento de la xenofobia en el mapa político actual de Europa, vemos que las sociedades contemporáneas vuelven una y otra vez al borde de un abismo que puede precipitarlas a nuevas tragedias.
Observemos lo que sucede en Bélgica, Holanda, Austria y Francia. No nos consuela que el odio extremista de ciertos partidos europeos se vuelve ahora exclusivamente sobre los
inmigrantes musulmanes. Hoy van por ellos; mañana irán por nosotros.
Dijo el recordado Elie Wiesel: “El principio, el fin; todo el clamor de la humanidad llevan
a ese maldito lugar. He aquí el reino de la noche donde se oculta el rostro de Dios y un cielo en llamas se convierte en el cementerio de un pueblo víctima de genocidio”.
El rol de los sobrevivientes del Holocausto ha cambiado en los últimos años. Hubo épocas en que estuvieron callados; en otras querían hablar pero nadie los escuchaba; pero ahora han escrito sus memorias, narrando sus historias y las sociedades progresistas se interesan cada vez más en su legado.
Hay una paradoja en el estudio del Holocausto: cuanto más nos alejamos en el tiempo, más
sorprendente resulta que haya ocurrido ese episodio del mal absoluto sobre la tierra.
Nadie puede pensar que esto no puede repetirse. El mundo supo y permaneció en silencio. También hoy calla, porque en escala diferente se repite desde 2011 en Libia, Irak, Yemen y Siria. Un odio feroz hacia el otro en un mundo donde la tecnología y la información parecen acercarnos a los hechos hasta casi ser testigos in situ de los mismos.
En estos mismos días, el régimen iraní, en un desfile militar, volvió a bramar una vez más por la destrucción del estado de Israel. Y el mundo toma las palabras y se acostumbra a ellas. 
Auschwitz no comenzó con el gas; comenzó con las palabras, las justificaciones. En Corea del Norte, un régimen estalinista se da el lujo de amenazar al extremo oriente con un Holocausto nuclear y uno se acostumbra… y la nave va…
Señoras y señores, debe quedarnos claro: el revisionismo histórico, que niega o minimiza la Shoá y ataca el derecho a la existencia del Estado de Israel se han convertido en la cara y contracara del antisemitismo moderno. Parecemos anestesiados ante el mal. El nazismo fue derrotado en mayo de 1945 pero se empeña en no morir. Es más, se viraliza en ropajes
democráticos para obtener legitimidad. No solo en el mundo entero, sino también en la Argentina.
Hoy el terrorismo extremista azota a África, Asia y Europa, es un heredero natural de los racistas de ayer. Hay diferencias ideológicas y metodológicas. Un auto-bomba o un atropellamiento son pequeñas batallas en plan de la solución final.
Nuestro país ha conocido dos ataques sistemáticos. Uno, la Embajada de Israel, y el otro la AMIA-DAIA. Se trata de los ataques judeofóbicos más graves luego de las masacres de
la Segunda Guerra Mundial. Los atentados parecen estar lejos de haberse esclarecido, pero reconocen una matriz fundamentalista. Incluso el valiente fiscal Alberto Nisman que investigaba el segundo de ellos murió en circunstancias extrañas, luego de una fuerte denuncia hacia aquellos que desde el poder encubrieron la responsabilidad iraní. Muchos refieren a su muerte como el cuarto atentado.
El fiscal investigaba las entrañas del poder gubernamental en tiempo real sobre una nueva supuesta red de complicidades y corrupción en perjuicio de la investigación central del atentado. El fiscal Nisman murió luego de denunciar lo absurdo de un Memorándum de entendimiento con Irán que debería colaborar y no entorpecer la verdad de lo ocurrido, entregar a los autores ideológicos y materiales y a sus encubridores.
No podemos menos que felicitar al Gobierno Nacional de tomar la decisión política de derogarlo. Lo único que un Estado no puede permitirse es no investigar; y la DAIA, para lograr llegar a la apertura de la investigación con motivo de la denuncia formulada por el fiscal Nisman en el marco de la firma del Memorándum, tuvo que soportar una feroz embestida mediática y judicial.
La DAIA solicitaba y solicita que se investigue. Parece increíble en un país serio ¿no? Algunos nos trataron de traidores a la patria y otros buscaron confundir a la opinión pública. Somos argentinos orgullosos de profesar la religión judía. La DAIA, no mira ni opina sobre colores partidarios, solo aporta cuestiones que puedan ser positivas para la sociedad argentina en su conjunto.
Quiero destacar el compromiso de las autoridades que hoy nos acompañan del Gobierno nacional y de la Ciudad de Buenos Aires, los señores Gobernadores que se han trasladado
desde sus provincias especialmente para estar presentes, intendentes, legisladores, magistrados, embajadores y representantes diplomáticos, y representantes de la sociedad civil.
Vuestra presencia habla del significado que esta conmemoración y la lucha contra el antisemitismo y la discriminación en general tienen en la sociedad argentina. La Argentina no
es un país antisemita, aunque aún perduran expresiones minoritarias que incitan al odio anti judío.
Autoridades: Consideramos que sería de vital importancia avanzar en cuestiones como ser:
– Leyes que sirvan en la investigación y en paralelo el juzgamiento, sin vulnerar ninguna norma constitucional.
– Leyes más severas en relación a delitos xenófobos, antisemitas, o discriminatorios de cualquier índole.
– Es un deber indelegable del Estado, perseguir, llevar a juicio y lograr una pena justa para
aquellos delincuentes que ataquen a personas por su sola pertenencia a otro credo, etnia, nacionalidad o forma de pensar.
Los atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA-DAIA, fueron declarados imprescriptibles, como también fueron los crímenes de genocidio, y/o de lesa humanidad.
El nazismo y el terrorismo fundamentalista tienen mucho en común, ambos fenómenos no hay que enfrentarlos solo con el recuerdo o la emoción. Hay que prevenir, educar, esclarecer, alinearse con las democracias, aún imperfectas, y legislar.
Señoras y señores, como recién mencionaba, el panorama en estos últimos años es crítico, las organizaciones terroristas, como ISIS, han aumentado el volumen de su dinero y su capacidad de causar un gran número de víctimas fatales. A ello se suma la emergencia y multiplicación de los llamados terroristas extranjeros y los denominados lobos solitarios que,
desde su posición individual, pueden causar escenas de terror desgarradoras en las distintas
sociedades en las que atacan.
Desde la Argentina, tal vez a costa de olvidar nuestro pasado reciente, estos fenómenos de violencia y radicalización religiosa, cultural y política, muchas veces son percibidos como acontecimientos lejanos.
Pensamos que el riesgo de sufrir un nuevo ataque, o de vernos penetrados por fuentes de financiación de este tipo de actividades criminales, o de ser un país de tránsito de terroristas, es muy bajo.
La DAIA, acompañando las nuevas expectativas que generó el recambio de las autoridades gubernamentales, ha trabajado intensamente en demostrar que no debemos bajar nunca los brazos frente a la amenaza terrorista y hemos tratado de acompañar todas las iniciativas de Gobierno que van en esa dirección.
Quiero destacar, en este sentido, los esfuerzos llevados a cabo por los diferentes ministerios en general, y por el de Seguridad y el de Justicia en particular, en la labor de la coordinación Nacional para el Combate del Lavado de Activos y la financiación del Terrorismo.
Celebramos algunas iniciativas:
– Una propuesta de reforma legal en el campo del combate de acciones terroristas y actos de terrorismo.
– El acuerdo celebrado entre el Ministerio de Justicia y la dirección Ejecutiva del Comité contra el Terrorismo de la Naciones Unidas.
– El reciente lanzamiento, con la colaboración del PNUD, de una evaluación Nacional de Riesgos en materia de financiación del terrorismo.
– La tarea de difusión y concientización del terrorismo a través de una serie de Seminarios
Internacionales de alto nivel.
Señoras y Señores, no es casual que hoy estemos reunidos en este ámbito que albergó hasta hace pocos años al Correo Central de República Argentina. Los inmigrantes de raigambre judía, radicados desde los albores de la independencia en las Colonias Agrícolas de Santa Fé y Entre Ríos, esperaban las cartas que los mantenían unidos a su familias que quedaron en países lejanos y les informaban con orgullo cuando recibían su ciudadanía argentina.
Estas cartas, se recibían y distribuían desde aquí. Incluso llegaban cartas de la Europa de los bombardeos, de la persecución y de los campos de concentración en medio de la Segunda Guerra Mundial.
En este día de recordación, hacemos votos para que los lazos que pudieron mantenerse a través de aquellas añoradas cartas, manteniendo la unión de familias, hoy puedan colaborar a restablecer la unión entre todos los argentinos.
Señoras y señores, queridos sobrevivientes, la Argentina es un excelente ejemplo de convivencia entre las Comunidades y lo seguirá siendo por siempre si sabemos cuidar esa relación.
Por el honor de los 6.000.000 millones de judíos, masacrados en la Shoa, comprometámonos activamente en no permitir que el mundo se mantenga al margen de otro episodio como el del Holocausto.