PRENSA

La excepcional vida de Golda Meir, la mujer que cambió Israel para siempre, por Leah Soibel

«Siempre sentía demasiado frío por fuera y demasiado vacío por dentro». Así describía Golda Meir sus primeros recuerdos cuando ella y su familia vivían en su Kiev natal, entonces parte del Imperio Ruso, y después en Bielorrusia. Sufrieron las persecuciones que a principios del siglo XX recorrían toda Europa, los pogromos antisemitas. A sus ocho años, en 1906, por fin pudieron emigrar y se instalaron en Estados Unidos. Esos primeros años de sufrimiento en Europa la marcaron para siempre: «Si cabe una explicación al rumbo que tomó mi vida, es seguramente mi deseo y determinación que nunca más tuviera un niño judío que vivir semejante experiencia». Y fue así como se fue forjando la mujer que se convirtió en protagonista esencial de la historia de Israel. La incansable luchadora, conocida en su vida política como la «Dama de hierro», es un ejemplo único para las generaciones de hoy y las venideras, por sus convicciones y por su fuerza arrolladora.