PRENSA

Prebendas, llantos y pactos espurios, detrás de la maniobra para frenar la reapertura de la denuncia de Nisman

La Cámara de Casación es el escenario, otra vez, de una batalla de poder. La elección del nuevo presidente (o presidenta), prevista para el 13 de este mes, activó una serie de negociaciones internas que incluyen a jueces de otras instancias. Esta vez, el objetivo de fondo es otro: apartar a dos de los camaristas que podrían decidir la reapertura de la denuncia del fiscal Alberto Nisman contra la ex presidente Cristina Kirchner y otras personas por encubrimiento. Se trata de Mariano Borinsky y Gustavo Hornos, subrogantes de la Sala I. La maniobra, impulsada por los jueces más afines del kirchnerismo, tendría un amplio consenso interno. Pero encontraría un freno antes de lo esperado. Fuentes oficiales adelantaron a Infobae que el Consejo de la Magistratura llamaría a un plenario extraordinario para respaldar a los dos camaristas. Más información.