Publicado el 27 de Junio pasado en El País de España, y vueltas a reproducir en dicho periódico las parciales y ácidas críticas contra el Estado de Israel, esta vez ampliadas y extendidas, he leído el artículo del excelente escritor, aunque frustrado político peruano, Mario Vargas Llosa, en el que enjuicia las acciones israelíes en los territorios palestinos, que él denomina “ocupados”, mencionando incluso a Gaza, la que en realidad está «ocupada» por el grupo terrorista Hamas. Sin opinar sobre la visión sesgada y subjetiva de sus apreciaciones, me remito a la parte final de las mismas donde menciona que, dos días antes de su partida de Israel, cenó con dos escritores israelíes amigos, Amos Oz y David Grossman, a los que llama “justos”, quienes le comentaron que “hechas las sumas y las restas, ninguno de ellos podría vivir fuera de Israel”. Este relato me estimula a proponer al Sr. Vargas Llosa a que programe otras cenas con los “justos” de Siria en Damasco, de Irán en Teherán, de Corea del Norte en Pyongyang, del Estado Islámico en Mosul o en Raqqa, etc., etc. Sería interesante comprobar si luego de las cenas mencionadas, el Sr. Vargas Llosa podrá partir con normalidad de dichos lugares para volver a alojarse en sus cómodos aposentos de la vivienda en Londres.
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