PRENSA

Día de la Mujer. Por Sofía Kaplinsky de Guterman

A lo largo de la historia, la mujer era relegada a un rol de sumisión y obediencia,
impedida de sacar al exterior todo su valioso potencial.
Con el correr de los años, fue rebelándose ante su posición en la sociedad y comenzó
a luchar para hacer valer sus derechos.
Hoy, la mujer hace frente a los desafíos sociales,económicos y políticos en todo el
mundo.
Si bien en muchísimas actividades y profesiones, las mujeres son abanderadas, siguen
habiendo países que, con sus extremismos,les hacen ocupar un lamentable lugar.
La mujer es el único ser capaz de engendrar y generar vida. Emancipada, no deja de
cumplir con su sagrada misión de madre. Mujeres luchadoras, trabajadoras, profesionales,
escritoras, actrices, poetas…Mujeres de distintas razas y de distintos lugares geográficos
se unen espiritualmente para ocupar y seguir ocupando un rol relevante en el mundo.
Soy mujer, hija de inmigrantes judíos que, muy jóvenes, llegaron a nuestro país, escapando del infierno nazi.
Mis padres formaron una familia y se establecieron como colonos.Viví algunos años
de mi niñez,en un hogar modesto pero millonario en amor y en valores éticos. En el
día de la Mujer,quiero rendirles un homenaje a mi madre y a todas las mujeres de las
colonias judías. Ellas se sacrificaron en el campo, sin quejas, con menos de lo necesario.
Amasaban el pan con manos ásperas de trabajar, con el sueño pesándoles en los párpados. Mujeres que hacían trucos de magia para disfrazar de dignidad la pobreza y para poner comida sobre la mesa.
No obstante, había lugar para risas y charlas, estando la familia reunida.
Mujeres que lucharon junto al compañero contra la sequía y los ataques de las langostas
que hacían fracasar la cosecha y el esfuerzo diario, pero que no desmayaron nunca en su
tarea de educar a sus hijos con la esperanza de un futuro mejor para ellos.
Recurren a mi memoria,imágenes de aquella época. Los veo a mis padres y vecinos, de noche, trasladándose en sulky, a un salón de la colonia para ensayar obras en idish.
Allí, las mujeres, esas sacrificadas mujeres, se convertían en actrices talentosas o cantaban
con voz melodiosa, hermosas canciones. Me enseñaron,aunque era muy pequeña, que en la vida, tiene que haber un lugar para la cultura y la distracción.
Y la vida, esa vida maravillosa que a veces premia y otras veces castiga, me convirtió en
una luchadora por Justicia.
Siempre tengo presente el ejemplo de mi madre y de aquellas mujeres. Ese ejemplo me
sigue empapando, día a día, de una dignidad que no negocio.
En el día de la Mujer,un día tan importante para todas las mujeres del  mundo, conmemoramos los esfuerzos realizados para alcanzar la igualdad y la justicia.
¡Felíz día para todas!