PRENSA

La noche en que la paz fue asesinada por la espalda

Por Marcelo Taborda. «Canten, canten la canción de la paz; pero no susurrando una plegaria… Mejor canten 
la canción por la paz con un grito enorme…”. La letra, anotada en un papelito que después dobló y guardó en su saco, fue entonada por él junto a más de 100 mil personas que ese sábado 5 de noviembre de 1995 colmaban la Plaza de los Reyes de Israel, en Tel Aviv, hoy rebautizada con su nombre. Minutos antes de ese canto compartido que cerró el masivo acto, había dicho a la multitud: “Hoy estoy convencido de la oportunidad que tenemos de realizar la paz… La paz lleva intrínsecos dolores y dificultades para poder conseguirla, pero no hay camino sin esos dolores. Apenas un rato después, a las 21.40, cuando se dirigía hacia su auto y la plaza seguía entonando consignas esperanzadas en un futuro de convivencia, el extremista judío Yigal Amir le disparó tres veces a quemarropa y por la espalda. Cuarenta minutos después, se anunciaba que el primer ministro israelí, Yitzhak Rabin, había muerto en el hospital al que fue trasladado, de­sangrado por los disparos.