PRENSA

La lucha eterna de vencer al odio

Por Alberto Amato. El mundo no se cansa de darnos ejemplos de civilización y señales que nos dicen que el odio no pasará. Quienes debieran tomar nota de algo tan hondo y sencillo, más bien afilen los lápices. La noticia dice que dos mil trescientos atletas judíos de toda Europa competirán desde mañana y hasta el 5 en los Juegos Macabeos, algo así como los Juegos Olímpicos judíos, una fiesta deportiva tradicional. Este año, y aquí lo singular, los juegos se celebran en Berlín que, entre 1920 y 1945, cobijó al régimen nazi que se propuso exterminar a los judíos de Europa y asesinó a más de seis millones, junto a gitanos, homosexuales, opositores políticos y demás gente considerada indeseable por Adolf Hitler y sus secuaces. Los Juegos Macabeos se van a celebrar en el mismo estadio donde, en 1936, Hitler presidió los Juegos Olímpicos de ese año; del que se fue furioso porque el negro Jesse Owens derrotó a los supuestos invencibles atletas arios y de donde fueron excluidos los deportistas alemanes judíos que, o bien se exiliaron, o terminaron asesinados en los campos nazis de concentración. Setenta años pasaron desde el final de la guerra. Es mucho tiempo para que recién ahora se cierre un círculo abierto en una pasión humana: el deporte. Pero nunca es tarde cuando se trata de vencer al odio. Nunca.