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«La abracé y me di cuenta de que Ana ya no sabía cómo hacer para sobrevivir»

Nanette Konig tiene 85 años, es muy vital y encantadora, sonríe con frecuencia. Pero sus ojos azules dejan ver el dolor de una víctima de la Segunda Guerra Mundial. Es que Nanette, como tantas otras personas, forman parte de los sobrevivientes de los campos de concentración nazi durante la larga ocupación del Tercer Reich en Europa. Nació en Holanda, un país que se había declarado neutral durante el primer conflicto mundial. Eso, según ella, motivó a su padre a quedarse en Amsterdam hasta que fue demasiado tarde. Proveniente de una clásica familia judía de clase media alta, Nanette siempre había recibido muy buena educación por parte de sus padres, concurría a una buena escuela y practicaba varios deportes. Pero todo cambió el día en que los alemanes invadieron Holanda sin ninguna declaración de guerra. Una de las primeras medidas del régimen nazi al ocupar Holanda fue separar a los jóvenes de las escuelas. Así, las familias judío-holandesas debían enviar a sus hijos a estos nuevos liceos, además de registrarse en un Consejo Judío. Fue en ese liceo donde Nanette conoció a Ana Frank, su nueva compañera de estudio, con quien compartió un año de clases hasta que en julio de 1942 la familia de Ana decidió esconderse ante la amenaza de deportación. Ver Nota Completa en: http://tiempo.infonews.com/nota/154928/la-abrace-y-me-di-cuenta-de-que-ana-ya-no-sabia-como-hacer-para-sobrevivir.