PRENSA

Ataque a la Modernidad. Por Mirta Goldstein, secretaria de Derechos Individuales y colectivos de la DAIA

Ante la nueva ola antisemita que recorre el mundo, los judíos y aquellos no judíos de mente libre, nos ‎preguntamos de qué manera hacer frente a este fenómeno de masas. ‎
Pienso que por el momento debemos continuar con el intento de alertar al mundo que el ‎fundamentalismo le hace la guerra a los pilares de la democracia y el Estado Moderno, a los derechos ‎civiles y sexuales conquistados con largos esfuerzos, al derecho a la secularidad, la laicidad y la ‎separación de la Iglesia y el Estado.‎
‎400 años de modernidad son pocos en la historia de las conquistas del individuo como sujeto de ‎derecho, por eso mismo la modernidad y sus basamentos son vulnerables y hoy están en peligro.‎
El discurso antisemita anticipa la amenaza que después de los judíos caerá sobre las sociedades. Así ha ‎ocurrido y seguirá ocurriendo. En tanto se da con más fuerza en contextos políticos que se desvían del ‎ideario del Estado Moderno (tal cual lo comenzaron a diseñar Hobbes, Spinoza y otros), es que sirve ‎para unir a las masas y luego dominarlas. ‎
El antisemitismo, por estar tan arraigado en la cultura tanto oriental como occidental, es muy bien ‎utilizado por los poderes que buscan dominación absoluta y la abolición, que la modernidad introdujo, ‎del concepto de individuo y de sujeto. ‎
Lo que debemos advertir a los ciudadanos del mundo es que los fundamentalismos, con su brazo ‎ejecutor: el terrorismo, primero va por los judíos y luego por los otros.‎
En manos del fundamentalismo la libertad, la fraternidad y la igualdad se destituyen como ideales para ‎dar lugar a la persecución cívica, religiosa y sexual.‎
Que no se confundan aquellos que piensan que gritar contra el Estado de Israel es sin consecuencias ‎pues están gritando contra  la concepción del Estado Moderno, la democracia, la libre circulación y la ‎libertad de expresión. ‎