El ayuntamiento de un pequeño pueblo burgalés de 56 habitantes llamó a un referéndum para decidir si cambia su nombre. Hoy ostenta el nombre de “Matajudíos” y su alcalde, Lorenzo Rodríguez Pérez, advirtió que “eso ofende a más de uno”. Una lluvia de cartas tacha al municipio de “antisemita” y hasta de “nazi”. El escándalo se extendió a varios países y desde Israel se ha exhortado a sus habitantes a realizar el cambio. Los vecinos incluso han escuchado atentamente al arqueólogo Angel Luis Palominos quien aclaró que el nombre original del pueblo es Castillo Motajudíos, con “o” y no con “a”, lo que quiere decir Castillo Colina de Judíos. El alcalde cree que ése es el auténtico nombre de la localidad, pero que un error ortográfico de un escribano burgalés provocó que fuera modificado. Otras voces señalan que allí se habría producido una matanza de judíos que justifica su nombre.“¡Pero si aquí nunca se ha matado a nadie”, se indignan los vecinos.
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