El Museo del Holocausto y el Centro de Información de las Naciones Unidas para Argentina y Uruguay, realizaron ayer un emotivo acto del que participaron embajadores de Alemania, Suecia, Sudáfrica, Bélgica, Georgia, Costa Rica, Austria, Suiza y Rusia, entre otros; el presidente de la DAIA, Julio Schlosser; representantes de las carteras de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, de la Provincia de Buenos Aires y de la Nación; y sobrevivientes del Holocausto.
El evento comenzó con las palabras del presidente del Museo, Claudio Avruj, quien destacó a los sobrevivientes quienes «son nuestra guía y nuestro mandato explícito» para el trabajo que realizan. Hizo referencia a las problemáticas de discriminación que se viven hoy y fue contundente: «Estamos dispuestos en este acto a decirle basta y ponerle un freno al antisemitismo que nos está sacudiendo fuertemente en el mundo».
A continuación, David Smith, director del Centro de Información de las Naciones Unidas para Argentina y Uruguay (CINU), destacó la vida de la comunidad judía argentina, la conmemoración de este tipo de evento, y habló de la «tragedia, el Holocausto, y el genocidio», y dijo que es fundamental para la sociedad de hoy trabajar en la educación para las generaciones futuras y que este tipo de hechos no se vuelvan a repetir en el mundo.
»Nos vemos en la necesidad, la obligación y el deber de afrontar (este tipo de hechos)», destacó.
Luego leyó la carta escrita por el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, y destacó la tarea de Koffi Annan (quien ocupó el cargo hasta 2006) por promover la conmemoración de este día en todo el mundo.
Mauricio Wainrot, hijo de sobrevivientes, contó su historia a los presentes. Sus padres, quienes vivían en Polonia pudieron sobrevivir, pero del lado paterno ninguno de sus tíos pudo escapar de los nazis, mientras que su madre pudo salvarse junto a dos hermanos, pero otros 6 fueron asesinados en el Holocausto.
»La intolerancia de los nazis destruyó tanto a las víctimas como a los victimarios, y no es una moneda gratuita, el asesino no queda libre. Hay que promocionar la educación y la cultura con hechos en la sociedad», aclaró.
Lea Zajac de Novera, expresó que tuvo “el triste dolor de permanecer dos largos años en Auschwitz donde perdí a toda mi familia y mis sueños». «Les pido y les exijo a las próximas generaciones que sigan transmitiendo la historia del crimen más horrendo de la humanidad, que no olviden, porque los pueblos que no tienen memoria no tienen futuro. Sin el ayer no hay mañana. También luchar en contra del negacionismo de la Shoá, es nuestra obligación moral, y fundamentalmente tratar que esto no se convierta en un número frío y nada más, recordar que eran personas como todos nosotros, padres y madres, abuelos, niños, bebes, jóvenes con los sueños y esperanzas que querían crear, vivir, amar», finalizó.
Tras los discursos, se realizó el encendido de las seis velas en memoria de las víctimas del Holocausto. Participaron del encendido, el presidente de la DAIA, Julio Schlosser; la embajadora de Israel, Dorit Shavit; representantes del Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad; el director del Centro de Información de las Naciones Unidas para Argentina y Uruguay (CINU), David Smith y sobrevivientes del Holocausto.
Al finalizar, la sobreviviente Ana Dress cantó el «Himno de los Partisanos», acompañada por todos los presentes, en un clima lleno de emoción, recuerdo y compromiso.