El Papa Francisco y dirigentes de la comunidad judía argentina coincidieron ayer en destacar que Argentina es «pionera en materia de diálogo interconfesional» y analizaron proyectos conjuntos, en el marco de un encuentro de dos horas y media en el Vaticano, que fue calificado de «trascedente» e «histórico». «Todavía me dura la emoción de un encuentro maravilloso. Compartimos una charla y un almuerzo y hablamos de todos los temas que se plantearon en la mesa», relató desde Roma el presidente de la DAIA, Julio Schlosser, integrante de la comitiva que conformaron unos 15 dirigentes y rabinos. «Hablamos de todo lo referido al diálogo interconfesional, del hecho de que nuestro país sea pionero en esta materia y de la buena relación entre todas las comunidades religiosas de nuestro país», contó. Schlosser -que integró la delegación junto a Waldo Wolff, vicepresidente 1º de la DAIA; Claudio Epelman, director del Congreso Judío Latinoamericano; Claudio Avruj, presidente del Museo del Holocausto de Buenos Aires y el rabino Abraham Skorka, entre otros- también expresó que hablaron del próximo viaje a Tierra Santa que el Papa argentino realizará en el mes de mayo. «Nos comentó de la importancia y trascendencia que tiene para ese lugar tan convulsionado del mundo que Su Santidad recorra todos los lugares santos de las tres religiones monoteístas más importantes para la humanidad, transmitiendo un mensaje de paz», dijo. Todavía impactado por el encuentro, el titular de la DAIA expresó que «es un hecho trascendente para toda la comunidad judía y el resto del mundo que a 70 años de que los judíos europeos eran transportados a cámaras de gas, hoy pudiéramos almorzar con el Papa, lo cual era impensable hace un siglo», manifestó Schlosser. El encuentro, que se desarrolló en un clima «fraterno, abierto, y muy amistoso», incluyó comida kosher.
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