PRENSA

Cristina viaja a la ONU con el pacto con Irán frenado

El próximo fin de semana Cristina Kirchner emprenderá otro viaje a Nueva York para participar de la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde el año pasado anunció con tono magnánimo el encuentro de su canciller con el de Irán. Ambos terminaron cerrando a fines de enero un pacto sobre la causa AMIA-DAIA, que está vigente aunque paralizado. Altas fuentes consultadas por Clarín en Buenos Aires y en Teherán señalaron a que este acuerdo no se podrá ejecutar hasta que los ministros de Relaciones Exteriores se envíen o hagan enviar unas notas reversales informándose mutuamente que los dos países ratificaron el llamado Memorándum de Entendimiento. Lo interesante además de esta parálisis en la que se dejaron caer los dos gobiernos después de la gran polémica que despertó la firma del pacto es observar cómo se vienen manejando a un lado y otro de ambas capitales. Una fuente local ligada a las negociaciones señaló a Clarín que Cristina Kirchner estaba molesta porque los iraníes manejaron el tema «sin los fuegos artificiales de la Argentina», donde la presidente dio la orden a sus legisladores-sin explicarles razones- de que había que ratificarlo en cuestión de días. Efectivamente así lo hicieron en febrero diputados y senadores. Entre tanto, en el ámbito judicial consideran que el Gobierno se toma su tiempo esperando una decisión judicial sobre si el memorandum firmado con Irán y ratificado por el Congreso es o no inconstitucional. Así lo pidieron la DAIA, y la AMIA, después de rechazarlo por completo. Ocurre que la Corte Suprema debe decidir qué juez va intervenir en el caso, y es posible -señalaron a Clarín- que sea Rodolfo Canicoba Corral -quien tiene la causa- el que deba decidirlo. El Gobierno maneja en este terreno la posiblidad de que Canicoba no se expida porque el hecho deviene en abstracto, ya que los países no se cursaron dichas cartas reversales mencionadas. Cristina es una de las contadas, mandatarias que no envió saludos al nuevo presidente de Irán, Hasán Rohani. Hasta Washington los envió cuando triunfó en junio.