PRENSA

Un libro propone ponerse en el lugar del otro para no discriminar

Tener la capacidad de ver al otro, de imaginar cómo uno podría sentirse en su lugar y bucear en el interior de uno mismo pueden ayudar a superar actitudes discriminatorias, dijeron especialistas al presentar un libro del Centro de Estudios Sociales (CES) de la DAIA. El desafío fue planteado durante el lanzamiento de la segunda edición de «Exclusión e Inclusión», escrito por 20 especialistas sobre 17 grupos discriminados históricamente: gitanos, pobres, homosexuales, originarios, niños, adultos mayores, inmigrantes latinoamericanos, chinos, afrodescendientes, entre otros. La obra propone reflexionar sobre la posibilidad de «vivir con el otro sin etiquetarlo, dejar de naturalizar discursos y prejuicios suponiendo que hay personas más y menos importantes y no asociar más a algunos colectivos con lo peligroso o lo impuro», entre otras conductas para no caer en la discriminación, dijo a Télam la directora del CES, Marisa Braylan .»El primer conflicto con la discriminación lo tenemos cada uno de nosotros, instalado adentro. Hay que poder mirarse internamente y pelear con las propias contradicciones para poder salir a vincularnos de otra forma», explicó. Braylan presentó el libro en el Instituto Sanmartiniano, del barrio Parque, y luego relató ante unos 300 chicos de escuelas porteñas el cuento «Identidad», que alude a cómo la percibe cada persona mediante la metáfora de una canción: «la que nos cantan las madres antes de nacer y la que nos recuerdan a cada momento de la vida los que nos rodean».»Cuando uno sabe quién es, cuando uno conoce su ’canción’, cuando uno recupera su identidad, su esencia, está en paz consigo mismo y no le hace daño a nadie», dijo la especialista. Con cartelitos colgados del cuello con la leyenda «Yo no discrimino», alumnos del colegio Bialik de Devoto, de la Escuela 6 del distrito 17 «Estado de Israel» y del Instituto Orcino leyeron algunas frases que expresan la experiencia que como niños tienen en torno a la discriminación. El libro, según Brylan, plantea, además, que los medios de comunicación «construyen una realidad que suele naturalizarse», creerse como verdadera, porque deciden «qué y cómo informar, por eso en este tema hay que tener cuidado de no terminar reproduciendo discursos prejuiciosos y discriminatorios». «Esa mirada responsable que sugerimos construir también nos exige revisar las propias actitudes cuando presenciamos un hecho de discriminación: qué decimos, qué no, si intervenimos y cómo lo hacemos», explicó la responsable de la iniciativa editorial.