PRENSA

El nuevo presidente de Irán podría ser una buena señal para la AMIA

Contra los pronósticos que daban como favoritos a los ultraconservadores, el moderado Hassan Rouhani fue electo ayer como presidente de Irán con el 52,5% de los votos, porcentaje suficiente para evitar una segunda vuelta. Rouhani, un clérigo con historial revolucionario y posturas más flexibles que las de sus rivales ortodoxos, sucederá en agosto a Mahmud Ahmadinejad. El ganador de los comicios no figuraba entre los favoritos y se descontaba que la lucha electoral se resolvería entre los candidatos cercanos al ayatolá Alí Jamenei. Sin embargo, varios factores jugaron a favor de Rouhani. Los demás postulantes moderados declinaron sus candidaturas para fortalecer la suya, mientras que los ortodoxos se presentaron por separado. La afluencia a las urnas fue mayor que la esperada y benefició a Rouhani, quien hizo una inteligente campaña basada en promesas de apertura civil y mejora de las relaciones con Occidente. Aunque ninguno de los candidatos opinó sobre el acuerdo firmado con la Argentina por la causa AMIA-DAIA, el ascenso de Rouhani podría facilitar que se ratifique el memorándum de entendimiento impulsado por Ahmadinejad. Rouhani basó su campaña en la necesidad de relajar los vínculos con Occidente, y el destino del memorándum podría quedar atado a esa lógica de distensión. El triunfo de Rouhani eliminó la posibilidad de que el acuerdo con la Argentina quedara en manos de alguno de los iraníes imputados por el atentado de 1994.