Conocido es el cercano y fraterno vínculo del Papa Francisco con las organizaciones de la Comunidad Judía. Esta relación, que se fue entablando desde hace años, produjo la alegría de rabinos que mantenían lazos f luidos con el cardenal Jorge Bergoglio, y de líderes institucionales que ven en el actual Papa no sólo una referencia religiosa con el cual consolidar un diálogo, sino fundamentalmente una palabra amiga y cercana.
Producto de ese vínculo son el testimonio de más de una década de elaboración de documentos contra el terrorismo y la violencia, a favor de la convivencia interreligiosa, cultural, y por el encuentro entre los pueblos, que llevan la firma de quien actualmente es el Sumo Pontífice.
Ni bien se supo la noticia de la fumata blanca, se produjo una atmósfera de alegría y optimismo en el seno de la colectividad judía local e internacional.
Alberto Zimmerman, miembro del actual directorio de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), un gran promotor del diálogo interreligioso y amigo personal de Jorge Bergoglio expresó: «Conozco sus virtudes y no tengo dudas de que hará un gran trabajo al frente de la Iglesia y ante el mundo». Y cuenta, a modo de anécdota, que en la víspera del Pesaj, recibió desde Roma el cálido llamado telefónico de salutación de Francisco, quien desde hace años repite este ritual de amistad.
»Esto me confirma que seguirá siendo grande y humilde» concluyó emocionado el dirigente.
También, el presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald Lauder y el titular del Congreso Judío Latinoamericano, Jack Terpinks, tuvieron oportunidad de encontrarse con el Cardenal Bergoglio hace tiempo; y al informarse de la buena nueva, destacaron el aporte del ahora Papa Francisco en la profundización de las relaciones entre judíos y católicos.
En la misma sintonía, el director ejecutivo de esta última organización, Claudio Epelman, quien viajó a Italia para la asunción de Bergoglio, mantuvo una audiencia privada con el Papa Francisco.
Epelbaum, único participante judío en el encuentro del año 2007 en Aparecida Brasil, e incansable gestor del diálogo, manifestó que estas jornadas que vive la humanidad se caracterizan por ser luminosas y esperanzadoras junto a un Papa querible, amigo de los judíos y de la paz.