PRENSA

La Corte investiga a otro libanés por atacar la embajada israelí

La Corte Suprema de Justicia tiene en foco a un sospechoso libanés como uno de ‎los responsables del atentado terrorista que voló desde sus cimientos la embajada ‎de Israel en Buenos Aires hace 21 años, dijeron a LA NACION fuentes con acceso ‎a la investigación. Esperan información de servicios de inteligencia extranjeros y ‎confirmarla en otras fuentes para judicializarla y poder pedir su captura. Se ‎trataría de un agente operativo que está en libertad e intervino en el atentado.‎
Con la presencia de un funcionario de la cancillería israelí hoy se realizará un acto ‎para recordar el 21er aniversario del atentado. Será en la plaza de Arroyo y ‎Suipacha donde estuvo la legación diplomática destruida. El enviado israelí será ‎Ran Curiel, director general adjunto senior de la Cancillería.‎
El atentado, ocurrido el 17 de marzo de 1992, dejó 29 muertos y 294 heridos. Fue ‎mencionado por la presidenta Cristina Kirchner en su discurso de apertura de ‎sesiones ordinarias del Congreso hace 15 días. Allí dijo que nada se sabía del ‎expediente. Las palabras de la Presidenta preocuparon a los investigadores del ‎ataque: hace 14 años dijeron en una resolución quiénes eran, para ellos, los ‎responsables del atentado y pidieron la captura de un sospechoso libanés, muerto ‎en 2008, supuestamente a manos de Israel.‎
La Corte ahora tiene una nueva pista, dijeron fuentes con acceso al caso. Se trata ‎de un agente operativo del Hezbollah y esperan información de los servicios de ‎Estados Unidos. Periódicamente los investigadores judiciales se reúnen con ‎agentes de la SIDE que reciben informes de sus pares del exterior y el alto ‎tribunal recibe partes periódicos sobre sus avances.‎
‎»Israel está al tanto de todo lo que ocurre en el expediente, no hay razones para ‎que se quejen del trabajo de la Corte», dijo una fuente del caso, que resaltó que ‎no hay quejas de las víctimas. La Corte lleva la investigación porque el ataque a ‎una legación diplomática es de su competencia originaria. La principal decisión de ‎la Corte en esta causa es del 23 de diciembre de 1999, cuando dijo que el ‎atentado fue realizado por el Hezbollah, brazo armado de la Jihad Islámica.‎
En ese momento estableció que el responsable de la decisión y coordinación del ‎ataque fue Imad Mugniyah, el responsable de la seguridad exterior del Hezbollah. ‎Incluso el Hezbollah se adjudicó el atentado, que fue supuestamente monitoreado ‎desde Beirut. En 2006, los jueces de la Corte reiteraron los pedidos de captura ‎sobre Mugniyah, también con pedido de detención como responsable del ataque ‎contra la AMIA.‎
Mugniyah fue asesinado en 2008 en Damasco en su Mitsubishi Pajero cuando el ‎apoyacabezas de su auto, reemplazado por uno cargado de explosivos, detonó y ‎lo despedazó. Medios árabes e israelíes aseguraron que fue muerto en un ‎operativo de la Mossad, el servicio secreto israelí. Israel lo negó, aunque el ex ‎embajador de Israel en Buenos Aires, Daniel Gazit, dijo en 2010 que habían ‎identificado a los que atacaron la embajada. «Y dimos cuenta de ellos», afirmó.‎
El otro buscado es José Salman El Reda, un comerciante de la Triple Frontera ‎entre Paraguay, Brasil y Argentina, que, meses después del ataque a la embajada ‎de Israel, en octubre de 1992, fue arrestado en Santa Fe. Un juez federal de ‎Rosario lo encarceló cuando intentaba cambiar dólares falsificados en Irán. Tras ‎un allanamiento se le secuestraron gran cantidad de billetes apócrifos. Su ‎hermano Samuel El Reda vino a la Argentina y logró su excarcelación.‎
Samuel El Reda hoy es buscado por el ataque contra la AMIA como el contacto ‎que monitoreó el ingreso y egreso del país del grupo operativo extranjero que ‎voló la mutual judía.‎
El atentado, según la Corte, se ejecutó con un coche bomba cargado de ‎explosivos que impactó el frente de la embajada de Israel, entonces situada en ‎Arroyo y Suipacha, en Retiro. Un peritaje determinó que se usó una camioneta ‎Ford F-100 a cargo de un conductor suicida. Esa camioneta se habría comprado ‎con dólares sellados por una casa de cambio de Biblos, en el Líbano. Los jueces ‎creen ahora que hay evidencias como para apuntar a otro libanés.‎