PRENSA

“Este proyecto es el punto final de la causa”, dijo la esposa de una víctima

Pasado el mediodía, apenas acallados los cruces entre los senadores de la ‎oposición y el canciller Héctor Timerman, el recinto protagonizó un hecho no ‎menos dramático con la irrupción de una mujer que se impuso a razón y gritos. ‎Era Laura Ginsberg, viuda de uno de los muertos en el ataque terrorista y titular ‎de la Agrupación por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la AMIA ‎‎(APEMIA), que pidió que la dejaran hablar, al igual que a otras agrupaciones de ‎familiares de las víctimas del atentado que habían sido invitadas por el ‎kirchnerismo. Ginsberg, como lo diría después, está en contra del memorándum ‎de entendimiento firmado con la República Islámica de Irán. ‎
El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, Daniel Filmus, le negó el ‎derecho con el argumento de que no estaba en la lista de oradores. Ginsberg ‎estalló. Estaba lejos de las otras organizaciones, en el fondo, cerca de Diana ‎Malamud, de Memoria Activa. Pero no perdió tiempo y se clavó, parada, en el ‎centro de la mesa en U, a cuyo alrededor se sentaban los legisladores. “Esto no es ‎una audiencia pública”, argumentó Filmus.‎
Cuando finalmente pudo hablar, dijo que “el memorándum no sirve, va en contra ‎de la verdad”. Y agregó: “Durante 19 años lo único que hemos aprendido es ‎impunidad”. Y en el tramo más enérgico, afirmó que “ustedes van a hacer ‎obediencia debida por acompañar este proyecto, este proyecto es el punto final, ‎es el cierre que busca el Gobierno para sacarte el tema de encima.‎
La Argentina no se arrodilla, Irán viene al rescate de la Argentina”.‎
Para la dirigente, que se hizo conocida por sus duras críticas a funcionarios ‎menemistas y el ex titular de la DAIA, Rubén Beraja, durante un acto de ‎homenaje a las víctimas en los 90, “si no hay evidencia” para actuar sobre los ‎acusados la investigación terminará en “vía muerta”. Y en el caso de que esa ‎comisión considere que las hay, dijo: “Supongamos que hay una interrogación, ‎‎¿qué va a decir Irán después? (que los acusados) ‘no van’ (a la Argentina). ‎Entonces, ¿qué va a decir el Gobierno? ‘hicimos todo lo que pudimos, no podemos ‎más’”.‎
Las versiones sobre cómo se organizó la ponencia de las agrupaciones de ‎familiares era contradictoria. Se dijo que sólo lo harían los AMIA, Guillermo ‎Borger, y de la DAIA, Julio Schlosser, pero este diario sabe que tanto Memoria ‎Activa, de Diana Malamud, y Familiares y Amigos de víctimas de la AMIA, de ‎Sergio Burstein (quien finalmente intercedió para que dejaran hablar a Ginsberg), ‎estaban anotados para hablar. ‎
‎“Nos ningunean”, expresó ayer Ginsberg a gritos para luego sostener a diestra y ‎siniestra que el Memorándum era como “una ley de punto final” en la causa AMIA. ‎De esta manera, comparó lo planteado en el memorándum con la ley que ‎estableció la caducidad de la acción penal contra los acusados por los delitos de ‎lesa humanidad perpetrados en la última dictadura militar en la Argentina que fue ‎sancionada en 1986 y anulada por el Congreso en 2003. Ginsberg participó de ‎Memoria Activa y dice haber sido expulsada.‎