La Corte Europea de Derechos Humanos dictaminó ayer que la aerolínea británica British Airways (BA) discriminó a una empleada por sus creencias religiosas cristianas, al impedirle llevar un collar con un crucifijo en el lugar de trabajo.
Los jueces del tribunal europeo indicaron que los derechos de la empleada de facturación Nadia Eweida, de 60 años, fueron violados bajo el artículo 9 de la Convención Europea de Derechos Humanos.
La mujer, que es una cristiana ortodoxa copta, había llevado su caso a la corte de Estrasburgo luego que la empresa le impidió llevar de forma visible un collar con un crucifijo.
Sin embargo, los jueces europeos indicaron que los derechos de otros tres cristianos no fueron violados por sus empleadores.
Los tres casos fueron los de la enfermera Shirley Chaplin, de 57 años, a quien se le impidió llevar en el lugar de trabajo un colgante con una cruz; del empleado de un registro civil Gary McFarlane, de 51, quien fue despedido luego de objetar dar consejos sobre terapia sexual a parejas del mismo sexo, y el de Lillian Ladele, quien fue disciplinada por negarse a conducir uniones civiles entre parejas de homosexuales. Los tres habían demandado al Estado británico por supuestamente no haber protegido sus derechos religiosos.
Tras el dictamen dado a conocer hoy, un portavoz de BA confirmó que las regulaciones de uniforme fueron modificadas en 2007 «para permitirle a Eweida y otros que pudieran llevar símbolos religiosos, y tanto ella como otros empleados han trabajado bajo estas premisas desde hace seis años».
»Eweida ha trabajado continuamente para British Airways desde hace 13 años», agregó.
Por su parte, el primer ministro británico, David Cameron, dijo estar «encantado» que el principio de llevar símbolos religiosos en el trabajo «haya sido respetado», al indicar que las personas «no deberían sufrir discriminación por sus creencias religiosas».
En ese sentido, el arzobispo de York, el doctor John Sentamu, sostuvo que los cristianos y creyentes de otras religiones «deben ser libres de poder llevar símbolos de su religión sin sufrir discriminación alguna».
»A los cristianos no se les obliga llevar una cruz, pero deben poder demostrar libremente su amor a Cristo de esa forma si así lo desean», agregó.
Sentamu indicó además que la Ley de Igualdad británica de 2010 «incentiva a los empleadores a abrazar la diversidad, incluida la diversidad religiosa».
»Las cortes y tribunales no deberían tener que dictaminar por temas como si se puede o no llevar una cruz o profesar cierta religión. Son derechos universales», agregó.
Keith Porteous-Wood, de la Sociedad Nacional Secular, dijo que su organización está «absolutamente encantada» con el dictamen de hoy, ya que garantiza «que no hayan jerarquías de derechos con la religión a la cabeza».
Para Shami Chakrabarti, directora del grupo defensor de derechos civiles Liberty, sostuvo que la decisión de la Corte europea «fue un resultado excelente para el trato igualitario, la libertad de religión y el sentido común».
La experta sostuvo que las cortes británicas «han perdido todo sentido» en el caso de Eweida, y agregó que el tribunal de Estrasburgo «actuó más en línea con las tradiciones de tolerancia» que existen en Gran Bretaña.
El pasado año, el organismo de control de la igualdad en Reino Unido, la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos, señaló que los tribunales ingleses habían tomado la decisión correcta en los casos de Ladele y McFarlane, pero quizá «no habían dado suficiente peso» al artículo 9 de la Convención en los casos de Eweida y Chaplin.