PRENSA

La ONU reconoce como Estado al pueblo palestino

En su discurso de 22 minutos, ovacionado de pie por muchos de los asistentes, Abbas pidió a la Asamblea ‎‎“ dar un certificado de nacimiento a la realidad del Estado palestino ”, y permitir la paz entre árabes e ‎israelíes. “La ocupación debe terminar. No necesitamos más guerras para comprender la importancia de la ‎paz”, dijo y denunció que “el pueblo palestino sufrió una terrible campaña de limpieza étnica ”. ‎
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, respondió con indignación a través de un comunicado. ‎Calificó de “ hostil y venenoso ” el discurso de Abbas y afirmó que estuvo “pleno de propaganda ‎mentirosa hacia las fuerzas armadas israelíes”. La resolución, indicó, “está desprovista de significado y no ‎cambiará nada sobre el terreno”. Finalizó con una dura advertencia: “Los palestinos han quebrado los ‎acuerdos con Israel e Israel actuará en consecuencia ”.‎
Washington se unió a esa crítica postura. “La resolución desafortunada y contraproducente de hoy pone ‎más obstáculos en el camino para la paz. Por eso EE.UU. votó en contra”, dijo Susan Rice, embajadora de ‎Barack Obama. La Casa Blanca sostiene que toda decisión debe negociarse bilateralmente con Israel, pero ‎los palestinos han venido demandando sin éxito que su contraparte cese con la colonización del territorio ‎donde debería establecerse el futuro Estado. ‎
Si bien es cierto que en los hechos no implica cambios sustanciales, este paso histórico renueva la ‎legitimidad palestina y da aire al llamado de la comunidad internacional a poner fin a un conflicto que se ‎prolonga dramáticamente por más de seis décadas. También demuestra que la política aplicada por Israel ‎le genera más aislamiento global. De los 193 países miembros de la ONU, 138 votaron a favor (entre ‎ellos Argentina) y sólo 9 en contra . Otros 41 se abstuvieron.‎
La fecha de la votación no fue elegida al azar. Coincide con un aniversario histórico: hace 65 años la ONU ‎adoptaba la “partición” entre el Estado judío y el árabe palestino. La resolución se da, además, en un ‎momento de fuertes divisiones entre los palestinos. Algunos analistas sostenían que la ofensiva militar ‎israelí contra la Franja de Gaza de la semana pasada iba a fortalecer a Hamas, que gobierna ese territorio, y ‎debilitar a Abbas, pero ocurrió lo contrario. Las simpatías se volcaron de lleno hacia la Autoridad ‎Palestina.‎
El estatus de “observador” con el que ahora cuenta Palestina es el mismo que tiene el Vaticano. Y el que ‎detentó la Alemania dividida por el Muro de Berlín hasta la unificación. Inclusive Suiza figuró en esa ‎categoría durante 56 años. Pese a ello, los palestinos no tendrán derecho a voto, no podrán proponer ‎resoluciones o postularse a cargos en el organismo. Ni siquiera su bandera ondeará en los mástiles del ‎edificio de la ONU. Pero sí les allana el camino para acceder a la Corte Penal Internacional y denunciar ‎crímenes de lesa humanidad.‎
Es un logro cargado de simbolismo, pero al mismo tiempo complejo. EE.UU. no descarta represalias, ‎como anular el aporte de US$200 millones de ayuda humanitaria, e Israel mostró su enojo poniendo en ‎alerta sus tropas ante posibles desbordes en los festejos.‎
El pedido que hizo ayer Abbas fue apoyado por numerosas naciones árabes, pero también por un ‎conglomerado de estados diferentes, como China, India, Brasil y Sudáfrica. La votación partió al medio a ‎Europa, que mostró aún más sus divisiones internas: un nutrido grupo encabezado por Francia, España, ‎Italia, Suecia, Suiza y Noruega respaldó la iniciativa. Otro se abstuvo, como Alemania, Gran Bretaña y ‎Holanda. ‎
Pese a que se esperaba, el respaldo global fue un impacto emotivo para los palestinos, quienes sienten que ‎se abre un nuevo capítulo en este largo conflicto.‎
Una multitud salió a festejar en los dos sectores en que hoy está dividido el territorio . La mayor ‎concentración fue en Ramallah, la capital de Cisjordania, aunque también hubo manifestaciones en Belén, ‎Hebrón, Naplusa y Jenin. Las escuelas permanecieron cerradas y los empleados públicos abandonaron ‎antes sus trabajos. La votación volvió a hermanarlos. Los habitantes de Gaza, pese a estar bajo la órbita de ‎Hamas, se unieron a la celebración y salieron a la calle para ondear banderas rojas, negras y verdes.‎