Francia se encuentra bajo amenaza terrorista y el presidente François Hollande decidió “un reforzamiento de la protección de todos los lugares de culto”, especialmente de la comunidad judía. La decisión fue anunciada personalmente por el jefe de Estado, tras el desmantelamiento de una célula de franceses convertidos al islam, la muerte de uno de sus integrantes en Estrasburgo resistiendo a la policía, y el ataque a balazos a una sinagoga, el sábado por la noche, en Argenteuil, en los suburbios de París. El grupo islámico de origen francés ya había disparado una granada contra un supermercado kosher en Sarcelles el mes pasado. “El ministerio del Interior reforzará en los próximos días, en las próximas horas, la protección de lugares de culto que tengan necesidad y sean susceptibles de ser objeto de agresiones, como la que ha sucedido anoche”, anunció Hollande desde el palacio del Elíseo, ayer a la tarde. Fue luego de recibir a las autoridades de la comunidad judía durante tres horas.
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