No hay día en que no se hable de racismo en la Eurocopa. Mark Van Bommel, capitán de Holanda, confirmó en una entrevista concedida al diario De Telegraaf que los jugadores oranje fueron insultados el jueves durante el entrenamiento celebrado a puerta abierta en el campo del Wisla Cracovia ante unos 25.000 aficionados: “Todos pudimos escuchar los gritos de mono”. Y, acto seguido, el jugador del Milan advirtió: “Si cualquiera de nosotros vuelve a escuchar esto en el campo de fútbol, durante un partido, nos dirigiremos al árbitro para que decida qué solución se impone para evitarlos”. Ante los gritos simiescos de algunos aficionados, el seleccionador Van Marwijk optó por llevar el entrenamiento a la portería contraria a la que se había iniciado, cambio que acabó con los incidentes. “Ahora ya sabemos al menos qué nos espera: un ambiente estupendo”, habría comentado el técnico a la salida del estadio, consciente de que en su equipo hay un buen número de futbolistas negros como De Jong, Willems, Vorm, Van der Wiel y Nasringh. El racismo no es un tema menor precisamente en una selección en que el conflicto entre blancos y negros llegó a protagonizar serios contenciosos en anteriores torneos.
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