El filósofo utilitarista Peter Singer sostiene, en una columna publicada por ese diario, que las personas obesas deben pagar más por utilizar el transporte aéreo con base en los costos de las empresas aéreas. Siguiendo al autor estimo que existen otras variables en las cualidades que ameritarían la existencia de tarifas diferenciales según el humano que resulte portador de éstas; cobrar más caro a los de piel blanca, encarecer el pasaje de quien no posea ojos claros; o también, y por qué no, establecer tarifas según se viaje con levita, turbante o sotana.
En cualquier caso no pareciera que las soluciones tuvieran que pasar por la voluntad estimulada económicamente de los obesos para dejar de serlo, es que el utilitarismo lleva a formulaciones insólitas como las de Singer, puesto que la consideración de la condición humana no se sostiene con la exacerbación de las diferencias.
Ser gordo, petiso, judío o negro no son sólo atributos de las personas sino cualidades de su humanidad, ergo pretender encarecer la vida de las personas según su condición penaliza la propia condición humana desde que es inescindible de sus cualidades.
Los intelectuales establecen sus discursos con presunta base en las teorías a las que adhieren, a menudo iluminando la realidad; sin embargo comparten las condiciones comunes al resto de los mortales, entre las cuales también figura la estupidez.
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