PRENSA

Los crímenes racistas y la política

La historia puede contarse desde su costado policial. Un hombre vestido de negro apareció en su moto Yamaha, se acercó a quienes entraban el lunes 19 de marzo a la mañana a una escuela judía del sur de Francia y asesinó a cuatro personas: tres chicos y un profesor. El docente era padre de dos de los fallecidos. Los niños fueron fusilados y tenían 3, 6 y 8 años. Antes del ataque no medió palabra: el asesino mató y se escapó tranquilo. El ataque fue contra una escuela judía y se dio en Toulouse, la ciudad que cada año encabeza los rankings franceses de calidad de vida: una localidad calma, con buen clima, buenas universidades, aire puro y una gestión históricamente socialista. La semana anterior, en la misma región, un hombre también apareció en una moto Yamaha y asesinó a sangre fría antes de escaparse en dos episodios separados por cuatro días. En esos sucesos, tampoco se sacó el casco y usó la misma arma: una 11.43. El primer ataque se dio el domingo 11 de marzo, cuando un suboficial fue asesinado en plena calle. El segundo fue cuando otros dos militares fueron asesinados y un tercero quedó malherido. Todos los muertos eran de origen árabe. Hasta ahora no se ubicó al/os responsable/s, motivo por el cual hay alerta policial en toda Francia. Las sospechas recaen sobre tres policías que fueron echados de la fuerza en 2008 luego de mostrarse embanderados con la cruz esvástica mientras hacían el saludo nazi. Los ataques tienen un fuerte componente racista: sus víctimas son árabes y judíos.