PRENSA

Qué pasa con Irán. Por Diego R. Guelar

El 18 de julio de 1994, un coche bomba conducido por un chofer suicida impactó en el frente del edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). Murieron 85 personas y hubo más de 300 heridos. Fue, entonces, el mayor atentado ocurrido en el mundo occidental desde el final de la Segunda Guerra Mundial y el prenuncio de una ola de terrorismo internacional que llegaría hasta el ataque a las Torres Gemelas en Nueva York el 11 de septiembre de 2001. La investigación local, plagada de irregularidades, terminó en un fallo absolutorio de los 22 sospechosos de participación y/o encubrimiento por falta de pruebas en septiembre de 2004. Ese año, en sustitución del juez Galeano, el Gobierno designó a Alberto Nisman como «fiscal especial a cargo de la causa AMIA» y la Corte Suprema de Justicia declaró su imprescriptibilidad. En octubre de 2006, Nisman dio a conocer el dictamen que presentó al juez Rodolfo Canicoba Corral, por el cual imputó como actores intelectuales y/o partícipes directos a nueve funcionarios iraníes, incluyendo al ex presidente Akbar Ashemi Rafsanjani.