PRENSA

En el cierre de los actos por el 11-S, Obama llamó a la unidad de Estados Unidos

La ceremonia de homenaje a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001, que encabezó el presidente Barack Obama y su antecesor George W. Bush, comenzó en Nueva York y culminó en el Pentágono en medio de un gran dispositivo de seguridad. Estados Unidos vivió un día de dolor y emoción en una solemne conmemoración del décimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el peor ataque en su historia que marcó un antes y un después en el rumbo político del país y del mundo. Las ceremonias comenzaron en la Zona Cero de Nueva York, donde hace una década cayeron las Torres Gemelas, símbolo del poderío económico y político de Estados Unidos, tras ser impactadas por dos aviones de pasajeros secuestrados, y terminaron en un área rural de Pensilvania, donde el actual mandatario ayudó a colocar una ofrenda floral en homenaje a los caídos de Shanksville. Tanto la metrópoli neoyorquina como Washington estuvieron reforzadas bajo estrictas medidas de seguridad, con miles de policías y agentes especiales desplegados ante la amenaza «creíble pero no confirmada» de un posible nuevo ataque surgida en los pasados días. Sin embargo, las autoridades dijeron hoy mismo que no había nuevas informaciones al respecto.