El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, estableció ayer la prohibición de entrada al país de quienes hayan violado “gravemente” los Derechos Humanos, entre otras medidas para castigar a los autores de atrocidades o crímenes de guerra. Según destacó el presidente, “66 años después del Holocausto judío y 17 después de (la guerra civil en) Ruanda, los Estados Unidos aún carece de un marco político exhaustivo y de un mecanismo capaz de prevenir y responder a las atrocidades masivas y al genocidio”.