PRENSA

Los judíos de Letonia quieren lo que es de ellos

Los judíos de Letonia se asentaron por primera vez en Riga, su capital, en el siglo XVII y aunque fueron expulsados de la ciudad en 1742, pocas décadas después volvieron a vivir allí. En 1935, la población judía de Riga era de 43.000 personas, aproximadamente la mitad del total de judíos de Letonia, y el 11% de la población total de la ciudad.

Cuando el 1 de julio de 1941 las tropas alemanas ocuparon Riga miles de judíos, entre ellos soldados que servían en el Ejército Rojo, intentaron huir de la ciudad pero muchos que habían encontrado refugio en Riga, quedaron atrapados.

El mismo día de la ocupación, unidades de voluntarios letones comenzaron a arrestar a hombres judíos por miles que fueron encarcelados en las prisiones de Centralka y Terminka, en cuarteles de policía y en celdas del cuartel general de Perkonkrust (Cruz de Truenos), la organización fascista letona. Los presos fueron asesinados en los bosques cercanos. No se sabe el número exacto de los mismos. En el momento de iniciarse el pogrom, los judíos fueron obligados a realizar trabajos forzosos, quedaron sujetos a asaltos, violaciones, quedaron fuera de los canales de distribución de alimentos y se les negó el tratamiento en los hospitales.

Entre julio y octubre de 1941, los alemanes introdujeron un decreto antijudío tras otro: las propiedades judías quedaban confiscadas, los judíos debían registrarse e identificarse con una Estrella de David; no podían usar el transporte público, caminar por las aceras, frecuentar lugares públicos, asistir a instituciones educativas, practicar una profesión (excepto los médicos que podían asistir sólo a pacientes judíos), etc. Cualquier propiedad aún en manos de judíos fue puesta bajo estricto control, y se hizo oficial la obligación de los judíos de realizar trabajos forzosos.

A 70 años de aquellos decretos los judíos de Letonia quieren volver a tener lo que antes fue de sus ancestros. El presidente del consejo de la Comunidad judía de Letonia, Arkadi Sujarenko comentó: “Necesitamos nuestras propiedades para resolver nuestros problemas sociales, desarrollar la educación, la cultura, mantener nuestras sinagogas y cementerios. Claro que no es fácil encontrar apoyo cuando quieres que te devuelvan tus propiedades, pero espero que la gente lo entienda y que la justicia triunfe”.

Hace unos cuatro años el parlamento del país examinó el proyecto, según el cual, en vez de devolver las propiedades a los judíos, se les deberían pagar unos 60 millones de dólares en concepto de compensación, pero los diputados rechazaron la proposición. Ahora, según Sujarenko, ya no hay que exigir la compensación, sino la propiedad.

El apoyo de los Estados Unidos a las demandas de los judíos de ese país se dio a través de la secretaria del Estado norteamericana, Hillary Clinton, quien hace unos días habló sobre esta cuestión con Girts Valdis Kristovskis, ministro del Exteriores de Letonia.

Mientras tanto, los judíos de Letonia esperan que una vez su voz sea oída y se les regrese todo lo que antes de la invasión nazi les pertenecía por derecho.