PRENSA

“En una sociedad multifacética, tenemos que aprender a convivir”

El Dr. Raúl Pitashny vive su reciente designación como presidente de la filial santafesina de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) como “un desafío”. Pero asegura que lo toma como un compromiso estimulante en la medida que le permitirá mantener contacto frecuente con gente joven, con inquietudes y deseos de progresar. “Todo eso me anima” manifiesta, convencido, a El Litoral.

Este médico otorrinolaringólogo de reconocida trayectoria, que cumplió durante varios años funciones en el Hospital Iturraspe y actualmente dirige un instituto dedicado a su especialidad, se dedicará a este rol por primera vez. Y tiene claro que la institución que le toca presidir está inmersa en la realidad de Santa Fe y deber estar “presente cuando haga falta”.

—¿Cuáles son los principales ejes que tendrá su gestión?

—Pretendemos continuar con éxito la trayectoria de la DAIA en Santa Fe. Las últimas presidencias han sido exitosas y queremos continuar en la misma línea. No hay nada que cambiar, en todo caso profundizar la presencia de la DAIA en todo lo que nos ocupamos. Específicamente lo que tiene que ver con los derechos humanos y la no discriminación.

—¿Qué desafíos se plantea para su período?

—Siempre estar atentos. Porque la discriminación, la xenofobia y el impedimento a que ciertos grupos puedan tener los derechos que le corresponden existen y probablemente existirán. Para eso tiene que haber elementos en la sociedad que estén atentos. Ya la DAIA alerta cuando hay este tipo de cosas y participa activamente para que no sucedan. Y si ocurren, para que sean corregidas como corresponde.

—¿Cuáles son las problemáticas que debe enfrentar la comunidad judía en la actualidad?

—El principal problema es el antisemitismo. Mucha gente cree ya no existe, que es cosa del pasado, pero sigue existiendo y se manifiesta. Los judíos no son los únicos que fueron discriminados ni maltratados, pero la cantidad de hechos antisemitas supera a todos los demás. Quizás en Santa Fe esto es menor en relación a lo que sucede en otros lugares del país, pero todavía sigue existiendo.

—¿Qué rol tiene que cumplir la DAIA ante este fenómeno?

—Cuando suceden este tipo de cosas, de esta gravedad, hay que hacer la denuncia correspondiente. Si uno mira al costado, está permitiendo que esa bola de nieve crezca. Hay que denunciarlo y cuestionarlo siempre que exista, no hay que dejarlo pasar. Y eso va no solamente para los actos antijudíos, sino también los que se refieren a otras comunidades que tengan ese tipo de problemas. Son situaciones que deben ser denunciadas porque todos tenemos los mismos derechos. Somos solidarios con todas las faltas que se cometan por razones religiosas, étnicas, políticas o ideológicas. El tema es el respeto hacia el otro; en una sociedad multifacética como la nuestra, todos tenemos que aprender a convivir.

—La DAIA tiene entre sus objetivos trabajar en eso.

—Por supuesto. La DAIA hizo por ejemplo un convenio con el Ministerio de Educación de la Provincia capacitar a docentes de la Escuela Media en la temática y el desarrollo de recursos educativos para la enseñanza de la Shoá (el término hebreo que significa “Holocausto”). Es muy importante que los educadores, los que van a formar chicos en las escuelas, tengan una idea exacta de lo que fue. A pesar de que se supone que todo el mundo lo sabe, no es así. Y yo creo que eso es peligroso. Por eso es que el estudio de la Shoá no es sólo para los judíos, sino para todos.

140 Instituciones judías

Socio-deportivas, educativas, culturales, religiosas y profesionales son las comprendidas por la DAIA a nivel nacional, que a su vez cuentan con representación particular en cada localidad.

“Una idea brillante”

La filial local de la DAIA integra, desde el momento de su formación, la Mesa del Diálogo de Santa Fe. “Fue una idea brillante de monseñor José María Arancedo que tuvo una acogida interesante de parte de muchas instituciones privadas y públicas. Y la DAIA es una de las fundadoras”, explicó Pitashny. Y aseguró que “es muy grato sentarse en una mesa y ver cómo personas con distintos intereses pueden poner la cabeza todas juntas en temas que hacen a la comunidad. Eso me parece fantástico y ojalá siga. Por lo tanto, tratamos de consensuar actividades y proyectos”.