PRENSA

Insultos y caos en la Legislatura

Insultos, gritos, forcejeos, corridas y acusaciones entre empujones. Si algo le faltaba a la comisión investigadora que intenta dilucidar la responsabilidad política de Mauricio Macri en la causa de las escuchas ilegales era tener que suspender una de sus audiencias en medio del caos y el desorden, con diputados gritándose improperios, camarógrafos empujándose con personal de seguridad y asesores corriendo para no quedar en medio de la trifulca. Y fue eso, precisamente, lo que ocurrió ayer cuando finalizaba la declaración testimonial de Sergio Burstein, familiar de una víctima del atentado contra la AMIA y testimonio clave en la causa judicial en la que está procesado el jefe de gobierno porteño. Luego de escuchar a su joven hija Glenda y a su esposa, Beatriz Viotti, receptoras de la llamada anónima que dio origen a la causa de las escuchas, Burstein reiteró que considera a Macri la persona que lo mandó espiar, lo denominó en repetidas ocasiones como «el mentiroso procesado» y lo culpó por la designación al frente de la Policía Metropolitana de Jorge Fino Palacios, a quien denominó «el Astiz de los familiares» de las víctimas de la AMIA. De todos modos, y luego de más de horas de duro interrogatorio encabezado por los diputados de Pro, Burstein se rehusó en malos términos a explicar su modo de vida (uno de los caballitos de batalla del cuestionario macrista durante toda la tarde), al tiempo que reconoció que tuvo acceso en su propio domicilio a la desgrabación de las escuchas ilegales de las que fue víctima por parte del espía Ciro James, información hasta ahora desconocida por los diputados, pero a la que Burstein podría acceder por ser querellante en la causa de las escuchas.