Después de años de aparecer en los primeros puestos de los rankings de países antisemitas, el estudio encargado por el Gobierno de Zapatero a través de la Casa Sefarad ha demostrado que los españoles somos un poco menos antisemitas que antes. El porcentaje de encuestados que en 2008 manifestó una opinión desfavorable sobre los judíos ha bajado un doce por ciento, del 46 al 34,6 por ciento. El estudio deja en evidencia los prejuicios contra la comunidad musulmana, que es la única que recibe «una valoración mayoritariamente negativa en todos los casos». Los datos hablan por sí solos: el 53,6 por ciento de la población tiene una mala opinión de los seguidores del islam frente al citado 34,6 por ciento que rechaza a los judíos. La mejor percepción es para los católicos (70,2%) mientras que los musulmanes no llegan al aprobado. La nota media de «simpatía» es de un 3,75 en una escala de 0 a 10. También se le considera el grupo «más problemático», con un 5,46 sobre 10. Es decir, que no caen bien a los españoles, que no se identifican con ellos y los consideran responsables de crear problemas aquí y en otras partes del mundo.
PRENSA
