PRENSA

Comienza un nuevo camino pleno de obstáculos

Para muchos, es como si, a partir del próximo jueves, Barack Obama empezara a transpirar de verdad por el controvertido Premio Nobel de la Paz que recibió a fines de 2009. Ese día comenzará aquí, bajo su auspicio, una nueva ronda de negociaciones directas entre israelíes y palestinos con el ambicioso propósito de alcanzar «en un año una solución global y duradera de paz» en la región, dijo la secretaria de Estado, Hillary Clinton. Para Obama, es un momento de importante proyección internacional. Pero aquí no existe el mismo entusiasmo que en el Comité del Nobel sobre su gobierno y se percibe mayor cautela sobre lo que puedan arrojar las tratativas. La principal duda estriba en el hecho de que los dos líderes -el premier israelí, Benjamin Netanyahu, y el líder palestino, Mahmoud Abbas- se sentarán a la «mesa para dos» sin que, en las negociaciones indirectas que se realizaron en los últimos meses, se haya alcanzado siquiera un encuadre o marco de referencia para las tratativas. «El diálogo se abre sin condiciones previas», dijo Clinton.