La mañana más fría desde que la comunidad judía se reúne en la calle Pasteur, una vez al año, para recordar el ataque terrorista a la AMIA. Las pancartas con los rostros, los 85 nombres y las velas hicieron sentir la temperatura aún más gélida. A las 9.53, la alarma comenzó a sonar. Hace 16 años que el estruendoso sonido que logra silenciar todo lo que rodea la sede de la mutual judía, busca el eco de la justicia que todavía se resigna a llegar. El doloroso ritual se repitió ayer en un contexto marcado por la agenda política. Con la presencia de altos funcionarios del Gobierno nacional y de la Ciudad, el ex presidente Néstor Kirchner, el vicepresidente Julio Cobos y el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Ricardo Alfonsín, entre otros, se renovó el pedido para dar con los responsables de la voladura de la AMIA, el 18 de julio de 1994. A 16 años no hay culpables. Guillermo Borger, presidente de la mutual israelita, realizó un recuento del estado en el que se encuentra la causa y atribuyó avances en la pista internacional, distinguiéndolas de la falta de resultados en la conexión local. El dirigente comunitario le exigió al Gobierno “que se extremen y se agoten todas las medidas a su alcance”. Elogió la “satisfactoria tarea llevada a cabo en el plano internacional”, pero afirmó que “debe tener su correlato en la parte local de la investigación” . Y agregó:: “Tuvimos la esperanza de encontrar respuestas concretas que aporten soluciones. Vimos algunas luces de esperanza, pero debo confesar que mucho, muchísimo falta por hacer ”.
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