Los secretos de la hermanastra de Ana Frank
Esa tarde cuando leyó el diario escrito con letra apretada no se sorprendió, ni siquiera sintió pena ni sorpresa, nada. Más tarde, mucho más tarde, un sentimiento que la persiguió durante varios años se adueñó de su hambreado cuerpecito: era enojo, ira, bronca, lo mismo que había sentido cuando volvió a pisar las calles nada … Leer más