PRENSA

Nuevas amenazas en el funeral afrikáner

Miles de granjeros blancos y partidarios del líder de la extrema derecha asesinado Eugéne Terre’Blanche, que fue ultimado hace una semana, se congregaron ayer en un templo de la Iglesia Reformada en Ventersdorp, en el noroeste del país, para asistir a su funeral. “El mundo estaba en contra de él. La gente pensaba que era malo”, declaró el pastor Ferdie Devenier en afrikáans, la lengua de esta Iglesia y de los descendientes de los primeros colonos europeos. En el exterior, miles de personas lo escuchaban gracias a altavoces, bajo la vigilancia de un impresionante dispositivo policial.
Durante toda la ceremonia, el féretro permaneció cubierto por una bandera del Movimiento de Resistencia Afrikáner (AWB) cuya insignia guarda gran parecido con la del partido nazi: una cruz negra que recuerda la esvástica en un círculo blanco sobre fondo rojo. Y lo escoltaban simpatizantes de la organización que presidía Terre’Blanche enfundados en trajes paramilitares. “Es un funeral normal, no un funeral político. Es lo que pidió la familia”, explicó un vocero del AWB, Pieter Steyn, quien añadió que el movimiento renunció a manifestar su repudio ante la muerte de su líder en las calles.
El fallecimiento de Terre’Blanche, de 69 años, golpeado a muerte el sábado pasado por dos de sus obreros agrícolas negros, ha hecho resurgir la tensión racial subyacente en las zonas rurales, donde persisten desigualdades abismales 16 años después de la caída del apartheid. Los presuntos asesinos, inculpados esta semana ante la Justicia, explicaron que habían discutido con su jefe, quien les adeudaba un salario mensual equivalente a 45 dólares.
El extremista fue enterrado en su granja, rodeada de helicópteros y personal de seguridad especial.