El viaje del dirigente piquetero Luis D’Elía a Irán, donde confirmó haberse reunido con el ex agregado cultural de la Embajada iraní en la Argentina, acusado en la causa AMIA y cuya extradición reclama Interpol, ha sido otra evidente provocación que daña los esfuerzos del país por esclarecer el atentado y juzgar a sus responsables.
Nadie puede desconocer la afinidad de D’Elía con el Gobierno nacional, su carácter de ex funcionario, sus manifestaciones de apoyo y el lugar de preferencia que se le suele dispensar en el oficialismo. En tal sentido, la promoción que le dio a su viaje a Irán, invitado por el gobierno de ese país, resulta contradictoria con la política oficial del Gobierno argentino. D’Elía no sólo exaltó sus simpatías ideológicas con el régimen iraní sino que se reunió con el citado diplomático, se introdujo de lleno en el conflicto de Oriente Medio y se permitió criticar a sectores de la comunidad judía argentina, agregando otro elemento de confusión y polémica que en nada ayuda.
Con su viaje a Irán, el dirigente piquetero Luis D’Elía introdujo otro elemento de confusión y daño a los esfuerzos del país en su reclamo de esclarecimiento del atentado contra la AMIA.